Zakk Wylde, líder de Black Label Society, maneja su guitarra como un arma vikinga, golpeando con poderosos riffs y exprimiendo sonidos expresivos, como si la gloria de su hermandad Berzerker dependería de cada nota en particular, lo cual por supuesto, es así.
Showman consumado y bestia carismática, Wylde pone su enorme corazón y su ferviente alma en tocar con una pasión sin ataduras, desenfrenada, casi animal, en Black Label Society, no importa si es un heavy blues rock aplastante, o una oda en el piano dedicada a un hermano caído. Cada disco de Black Label Society es una oportunidad para superar al trabajo anterior, pero al igual que AC/DC, o los Rolling Stones, BLS no está aquí para reinventar la rueda. Si no está rota, no la arregles. Es una marca en la que podemos confiar.
Misivas poderosas como “Damn the Flood”, “In This River”, “Stillborn”, “My Dying Time”, “Queen of Sorrow” y “Blood is Thicker Than Water”, han amasado millones de descargas y streams. Ellas son el soundtrack para las fiestas empapadas de sudor, noches jubilosas que terminan en mañanas desconcertantes, y deportes de adrenalina.
Grimmest Hits, el décimo disco de estudio de la banda y el siguiente en entrar al Top 5 de Billboard, después de Catacombs of the Black Vatican (2014), y Order of the Black (2010), Black Label Society entrega nuevos himnos como el single radial “Room of Nightmares”, el blusero “Seasons of Falter”, y el sureño “The Day That Heaven Had Gone Away”. 12 tracks imparables para agregar a ese soundtrack de estilo de vida.
Mientras los miembros de estimadas instituciones del rock y el metal, como Alice In Chains, Metálica, Type O Negative, Clutch, Danzig y Megadeth, han pasado por las etapas de la banda, Black Label Society ha sido definida consistentemente por la inconfundible voz de Wyle, y su sonido de guitarra registrado, y el constante trabajo del bajista John DeServio. BLS se completa en estudio y en el escenario, por el guitarrista Dario Lorina (desde el 2013) y el gran baterista Jeff Fabb (desde el 2012).
Black Label Society son los guardianes de la flama del hard rock and roll, protegiendo sus características y vibras sónicas, comprometidos a su vez con con los arquitectos maestros. Dado que los hijos de Wylde se llaman Hayley Rae, Jesse John Michael (nombre en honor a su padrino, John Michael “Ozzy” Osbourne), Hendrix Halen y Sabbath Page, es claro que toma su estudio de los grandes del rock de forma muy seria.
Para muchos, Wylde es sinónimo de armonías, tanto como lo fue que Chuck Berry inventara el paso del pato. Las guitarras Les Paul Bullseye con la firma de Zakk, cuelgan en el Rock N´Roll Hall of Fame. Su infame cinturón de botones cuelga en el Museo Grammy. Sus huellas de mano están en el Hollywood´s Rock Walk of Fame. Zakk ha ejecutado el Himno Nacional de EEUU en los mayores eventos deportivos. También escribió el tema de la Major League de Baseball del 2013 para ESPN. Incluso se unió, de forma momentánea, a Axl Rose, Slash y Duff en Guns N´Roses. Y él es uno de los que integra el juego del Guitar Hero.
Un discípulo de por vida de Black Sabbath, y el guitarrista más longevo para Ozzy, Wylde co-escribió clásicos modernos de Ozzy Osbourne como “No More Tears”, “Mama I´m Coming Home”, “Road to Nowhere” y “Miracle Man”. Junto al bajista de Ozzy, Blasko y al baterista Joey Castillo (ex Queens of the Stone Age), Wylde le rinde un sentido tributo a los padres del metal, como frontman de Zakk Sabbath.
Antes de aparecer en cada revista importante de guitarristas alrededor del planeta, Zakk Wylde era un niño de New Jersey, quien agarró su instrumento antes que hubiera comenzado el liceo. Todavía era un adolescente cuando su demo llegó a las manos de Ozzy. Junto al hombre, a quien afectuosamente llama “el jefe” (y cuya esposa y manager Sharon, le llama “Mamá”), Wylde fue parte de los discos más vendedores de la carrera solista del legendario cantante de Black Sabbath, “No More Tears”, así como el doble platino “Ozzmosis”, y ganó un Grammy por la performance en vivo de “I Don´t Want To Change The World”.