Hace 47 años, Roberto Canessa emprendió –junto a Fernando Parrado– una durísima travesía a través de la cordillera de los Andes para buscar ayuda: él y otras 15 personas eran los únicos sobrevivientes del accidente aéreo conocido, después, como el Milagro de los Andes. Ahora, la travesía es otra, ni más o menos dura, pero tiene alcance mundial y lo que cada uno haga desde su experiencia –tanto profesional como de vida– es fundamental para encontrar una salida a las distintas dificultades que el COVID-19 genera.
Una de esas dificultades es contar con la cantidad suficiente de respiradores artificiales. Como bien lo dice Canessa, “dada las estadísticas del coronavirus podemos llegar a no dar abasto con respiradores artificiales”, por lo que todo tipo de colaboración, en este sentido, significa la vida para muchos uruguayos.
La colaboración a la que se refiere Canessa, junto al doctor Daniel Murillo y otro grupo de uruguayos detrás de esta idea, es un prototipo de respirador artificial mecánico, que puede fabricarse con piezas electrónicas fuera de uso u otras, como por ejemplo, motores de limpiaparabrisas o de impresoras de punto.
Cabe recordar que las personas que sufren insuficiencia respiratoria, como la que provoca un cuadro grave de COVID-19, necesitan resucitadores manuales para obtener la ventilación en sus pulmones. Esta tarea es, para los médicos, muy intensa y requiere de mucho tiempo. Ahora bien, con el prototipo de resucitador mecánico, los pacientes que estén en esta situación pueden recibir oxígeno de forma automática.
Tal como lo explican los realizadores en la página www.respiradorcharrua.com.uy, el objetivo es desarrollar diferentes modelos de respiradores manuales para uso en emergencias, para lo cual también van a publicar especificaciones, con tutoriales, para que otros puedan desarrollarlos.
Desafío de MIEM, ANII y Plan Ceibal (otorgan hasta $ 6 millones para diseño y producción de respiradores)
Empresas y organizaciones radicadas en el país pueden postularse, hasta el próximo 31 de marzo, a un fondo de hasta $ 6.000.000 para el diseño y producción de respiradores que sirvan para brindar atención a personas afectadas con COVID-19.
Se trata de llamado realizado por el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) que cuenta con el apoyo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y el Plan Ceibal, cuyo objetivo es alcanzar una atención estimada de 50 personas con coronavirus.
Pueden aspirar a este apoyo empresas y organizaciones de forma individual o asociadas a otras organizaciones nacionales o extranjeras como empresas, centros tecnológicos o a institutos de investigación públicos o privados. El producto final deberá ser de fabricación rápida, completo, en funcionamiento comprobado y avalado por los estándares de las organizaciones médicas correspondientes.
El desafío es que los respiradores deben estar funcionando y disponibles del Ministerio de Salud Pública antes del 1° de mayo de 2020. La adjudicación del dinero será el 3 de abril. Se habla de desafío ya que la iniciativa es lograr una fabricación de emergencia de respiradores básicos que puedan ser utilizados, como último recurso, cuando ya no se disponga (ante una situación de desborde de las capacidades sanitarias) de equipos debidamente certificados.