Federico Calacha, encargado de Los Reyes Magos, la juguetería ubicada en Carrasco, contó a InfoNegocios que la juguetería cerró una semana en marzo y que el resto del mes lo aprovecharon para hacer “aprendizajes” y desarrollar los envíos y la página web, que ya estaba en marcha pero necesitaba ajustes. “El impacto grande se reactivó a mediados de abril”, contó. Calacha explicó que la empresa no trabaja casi juegos electrónicos sino que ofrece una propuesta “didáctica” y de “estimulación” para niños y que eso fue lo que los llevó a buen puerto. A partir de abril empezaron a armar pedidos y lograron igualar las ventas con respecto al año anterior.
Juan Gibernau, director de Gibernau, la juguetería ubicada en La Aguada, contó por su parte que en mayo vendió 35% más que el mismo mes el año anterior y lo que más se solicitó fueron los juegos de puzzles para adultos. “Se agotaron, no quedaron más en plaza”, acotó. “Nos sorprendimos de la respuesta al público, fue mayor que en épocas normales”, dijo. La venta de juegos de caja para la familia como “Escondidos”, “Erizo” y otros “fue una locura”, también entretenimientos como el scrabble, libros, juegos para modelar, palabras cruzadas, los juegos camaleón, los naipes y los materiales de arte para niños fueron de los artículos más vendidos.
Gibernau contó que usualmente febrero es el mes más bajo del año y abril, mayo y junio son meses “chatos”, en ventas. El asunto cambia en julio y “explota” con las vacaciones, en agosto tiene un empuje grande con el día del niño y en diciembre y la primera semana de enero se trabaja hasta siete veces lo que en un mes “chato”.
Hoy en día Los Reyes Magos y Gibernau son dos jugueterías independientes. Sin embargo, hay un lejano parentesco entre sus fundadores, que comenzaron el emprendimiento hace unos 60 años.