Un poco de historia
Doña Coca nació en 1998 como una empresa familiar de Industria Nacional. En un mercado súper competitivo y de empresas con gran trayectoria, en solo 25 años logró posicionarse como líder en ventas en su rubro.
Cuenta con una planta elaboradora de 8000 m2 en la localidad de Montes, siendo la principal fuente de trabajo de sus habitantes y de zonas aledañas. Su actividad industrial se complementa con un centro de distribución ubicado en Montevideo, desde donde sus productos viajan a lo largo y ancho del país.
Su nombre también tiene identidad, ya que Doña Coca era la abuela paterna del fundador de la empresa, Germán Troche. Se trataba de una persona oriunda de Cardona, muy querida por toda la comunidad y admirada por su nieto. Una gran referencia y guía en la vida de Germán, quien años después hizo realidad el sueño de homenajearla al fundar su empresa.
Hoy se podría decir que esta historia de vida y admiración, culminó en la creación de una marca que homenajea a todas las “Doñas” de las familias uruguayas: aquellas mujeres, madres o abuelas, que demuestran su amor y generosidad a través de distintos gestos que llenan el alma.
Dar siempre lo mejor.
Desde sus inicios, Doña Coca persiguió el objetivo de brindar al mercado productos de calidad que estuvieran al alcance de todas las personas. La clave del éxito ha sido combinar una excelente materia prima con procesos productivos consistentes, apalancados en tecnología de primer nivel.
Hoy, con tan solo 25 años en el mercado, esta apuesta logró la fidelidad de los consumidores, posicionándose en el top of mind en un mercado muy saturado, brindándoles la posibilidad de acceder a productos de excelente calidad sin tener que pagar de más, lo que definen en la empresa como la mejor relación calidad - precio.
Hitos recientes
A pesar de ser una empresa joven, varios hitos son los que colocan a Doña Coca en el lugar que ocupa actualmente.
El nacimiento de una nueva marca y el ingreso al mercado: fue un desafío introducir la marca en un mercado tan competitivo, donde nada se sabía de ella ni de sus productos. No obstante, la selección de un portafolio adecuado, acompañado de calidad, buen precio y servicio, fue la clave para abrirse caminos.
La transformación: durante su trayectoria Doña Coca supo generar una ventaja competitiva clara y sostenible que le permitió ganar una cuota importante del mercado. Esto hizo que necesitara transformarse debido a tan importante crecimiento. Dicho proceso dio inicio a la etapa de industrialización, que involucró la inversión en tecnología de primer nivel que garantizara contar con la capacidad de producción necesaria para abastecer el mercado, además de asegurar la consistencia en la calidad de los productos.
A su vez Doña Coca desembarcó en Montes, instalando allí su planta industrial, transformándose en la principal fuente de trabajo de la zona.
Llegar a estar en el top of mind de los consumidores: Doña Coca supo ganarse un lugar de privilegio en la consideración de las personas, gracias a la oferta de productos seleccionados y a un fuerte foco de trabajo en branding.
La marca logró un impacto positivo a través de diversos canales de comunicación, apostando fuerte a la publicidad, con mensajes claros que tienen como eje central la cercanía, la calidez y el humor.
Su última campaña publicitaria, con “La Doña” como personaje principal, transmite mensajes que mezclan experiencia, valores, ironía y conectan con diferentes públicos desde el humor, hablando con sabiduría y reflejando trayectoria.
En la gente que trabaja día a día en la empresa, se puede sentir el orgullo de que Doña Coca sea reconocida como una marca confiable, respetuosa y coherente con sus raíces.
El rol en la sociedad: transversalmente a todos los hitos de Doña Coca como negocio, se ha trabajado activamente con una mirada social.
Desde hace ya varios años la empresa conoció el impacto y la positiva respuesta en el placer de ayudar. “Hemos trabajado desde el día uno en diversas causas sociales y estamos convencidos y orgullosos en brindar apoyo, difundir y ayudar a fundaciones como Pérez Scremini, Teletón, Banco de Alimentos, Cireneos, Asociación Down del Uruguay. También firmamos el compromiso por la inclusión fomentado por la Red de Empresas Inclusivas de Uruguay, promoviendo prácticas de apoyo a la diversidad y la inclusión”.
“A su vez, apoyamos la educación en la Escuela de Montes, contribuyendo a la formación de niños y niñas que serán el futuro del lugar, brindando así también tranquilidad a sus padres, quienes son en su mayoría parte de la empresa”.
“Como empresa, apostamos a construir una sociedad mejor, aportando desde nuestro lado un granito de arena por estas causas, haciendo todo lo que esté a nuestro alcance. Es un lindo sentimiento de retribución además, ver cómo nuestros consumidores se identifican con las distintas causas y deciden consumir nuestros productos por querer formar parte de esta cadena solidaria”.
El cuidado del ambiente: “Desde hace ya varios años, un sector de nuestra planta se ha enfocado en el estudio y posibilidad de reutilización de las aguas residuales. Luego de varios ensayos, se pudo confirmar su uso alternativo como riego para diferentes tipos de cultivos en campos vecinos, aprovechando así sus niveles de fósforo y nitrógeno que repercuten positivamente en las plantaciones”.
La llegada de IBF: “En 2022, luego de muchos años de dedicación, esfuerzo y éxito, el fundador de Doña Coca decidió emprender nuevos rumbos dando lugar a un nuevo hito, la llegada de IBF. La adquisición de la empresa por el fondo de inversión llega con el gran desafío de levantar la vara de un negocio ya exitoso, y estamos seguros que con el equipo que tenemos, se lograrán cumplir los objetivos de esta nueva etapa”.
Misión en la práctica
Si bien en la empresa no hay una misión redactada, implícitamente hay valores fundamentales en los que se trabaja día a día, y que se han sostenido en el tiempo.
“Esto nos ayuda a cumplir el objetivo de llegar a ser una marca muy respetada y confiable, con fuerte foco en el cuidado de los clientes y consumidores. Nos une una convicción, el respeto, y llevar adelante acciones que nos permitan contribuir a una sociedad y un mundo mejor. Nuestro objetivo es crear valor sustentable”.
La cultura de trabajo de Doña Coca tiene como ejes centrales la cercanía y la comunicación con sus colaboradores, pilares fundamentales para lograr el compromiso y la fidelidad de todos quienes forman parte de este gran equipo: “ellos son los protagonistas y eso es lo que se respira día a día en el mundo Doña Coca".