En España, en la década de los 40s, resultaba exótico decir “restaurante”. Siempre se hablaba de “fondas”, sitios pequeños —poco amigos del buen aseo —en donde, además de dar hospedaje, se servían comidas típicas, bien sazonadas y suculentas, cuenta Benito Pérez Galdós en su novela “Episodios nacionales III. Montes de Oca”.
El 17 de noviembre del 2007, Marcos Goulart, Carolina Ríos (Carola) y la mamá de esta inauguraron en Av. Gonzalo Ramírez 2225 La Carola, un restaurante que buscaba especializarse en tapas y vinos. De acuerdo al director, si bien el local ya contaba con la característica cava inserta en las escaleras y el jardín de invierno, los dueños fueron personalizándolo hasta transformarla en una típica —pero limpia —fonda española.
En este 2017, el lugar cumple diez años de fidelidad a la gastronomía ibérica, un estilo de cocina que en el último tiempo se ha vuelto cada vez más común en nuestro país con sus clásicas tapas. “La aparición de la nueva cocina española estuvo marcada por un fuerte espíritu creativo y protagonizada por cocineros españoles de claro reconocimiento internacional, quienes proyectaron su nuevo estilo”, nos explicó Goulart. Se trata de una tendencia que ha ido surgiendo en diferentes regiones de España y posteriormente en el resto del mundo. “Hay quienes se suben a esta ola simplemente para probar suerte y hay quienes tienen como foco ‘preservar, actualizar y desarrollar’ el patrimonio gastronómico cultural que ofrecen las cocinas españolas”, agregó.
En diez años, el director de La Carola entiende que han logrado establecer una cocina fidedigna y segura para el público a medida que fueron conociendo mejor a la materia prima. “Aprendimos dónde, cómo y cuándo comprar. Innovamos mucho en la carta de postres y mejoramos la calidad del servicio. Hicimos de este restaurante un escape maravilloso para nosotros y para mucha gente”, explicó.
Ese conocimiento se fue adquiriendo con los viajes, la experimentación y el probar con las distintas tendencias para no quedar obsoletos con el paso del tiempo. De cualquier manera, Goulart afirmó que en La Carola son fieles seguidores de aquel dicho español “quien mucho abarca poco aprieta”. “Debemos ser cautelosos con los cambios, no siempre pueden dar señales de innovación o garantizar buenos resultados. Hay platos que son el alma del restaurante y no se cambian. El mercado está bastante segmentado como para andar queriendo abarcar mucho a la vez”, finalizó.
Con tarjetas de BBVA, el plato estrella de La Carola, la paella, y las demás recetas españolas cuestan un 15% menos.