debe ser el vulgarismo inglés más popular en todas las latitudes, y como en el uso de la lengua castellana el proceso de acronimia no es muy habitual, hemos adoptado este (y otros) como recurso para ¿enriquecer? correos y mensajes de texto… podríamos emparentarlo con nuestro “pero qué mierda/carajo” o el “coños” de los españoles, pero de una fuerza semántica notablemente superior, digamos.
“WTF te pusiste tío???!!!...”
… fue el mensaje de texto que mis adolescentes sobrinos me enviaron ayer cuando, revisando un viejo álbum de fotos en casa de los abuelos (mis padres), encontraron algunas mías que datan de la década del ochenta.
“… la misma pregunta tendrán que afrontar ustedes dentro de veinticinco años, chiquitosdeporquería”, fue mi respuesta.
“La moda es una forma de fealdad tan intolerable que es necesario cambiarla cada seis meses”…definía Oscar Wilde (1854 - 1900) y no se equivocó, nada ha cambiado desde entonces.
En el afán de mantener en movimiento a la industria de la moda con claros objetivos comerciales, las marcas se empeñan en mostrar nuevas colecciones todas las temporadas y convencernos de que debemos sumarnos a las tendencias, caso contrario estamos out, “fuera de onda” y quince años luego te das con que ese pantalón chupín que adorabas usar regresa a las vidrieras.
Se designa como “fashion victim” a toda persona que sobrepasa los límites comunes de vestir a la moda… resultan víctimas de lo instantaneo, del materialismo, los excesos y por lo tanto, de prejuicios propios y ajenos.
Pero nosotros, elegantes caballeros, le hacemos “pito catalán” a las tentaciones de pasarelas y centramos nuestra atención en los conceptos y reglas que regulan el buen vestir. Pensar que nuevo elemento ingresará al armario hace que nuestras compras sean inteligentes, disminuye el riesgo de adquirir objetos pasajeros y aumenta las posibilidades de alternar conjuntos sin dar la impresión de estar repitiendo prendas.
Esta semana nos conjuramos y definimos los diez básicos imprescindibles (atemporales) que no deben faltar en el placard, y así evitar que hijos, sobrinos y nietos se rían de nuestras fotos en el futuro.
¡Salud! y buena jornada.