La reglamentación del artículo 50 de la Ley 19.820 de Fomento al Emprendedurismo que regula el funcionamiento de las plataformas de financiamiento colectivo abre una nueva oportunidad de mercado para que emprendedores locales -que muchas veces no cuentan con alternativas en el sistema bancario o la bolsa de valores- puedan acceder a fondos de particulares para financiar sus proyectos, consideró el gerente del Área de Gestión de Riesgo de CPA Ferrere, Ariel Jabcovski.
El decreto reglamentario define a las plataformas de financiamiento colectivo como mercados de negociación de valores de oferta pública abiertos a la participación directa de los inversores, y reservado a emisiones de monto reducido. De acuerdo a esa definición, los límites máximos de inversión individual por emisión serán de 40.000 unidades indexadas (UI), y de 120.000 UI para cada plataforma de financiamiento colectivo.
El financiamiento colectivo o crowfunding surge en el mundo como una alternativa para que grandes cantidades de individuos aporten pequeños montos de dinero para financiar una causa en concreto.
Existen diferentes alternativas, que van desde donaciones para favorecer causas solidarias; crowfunding de recompensa -que buscan una aportación económica a cambio de recibir un producto o servicio-; el crowlending, que instrumenta préstamos entre individuos; o el crowfunding de inversión, donde particulares aportan fondos a cambio de participaciones en el emprendimiento financiado.