Olga Bernad, La intrusa
(...) Yo no busco la playa bajo los adoquines,
sé que sólo las piedras mantienen su poder:
parten el alma blanca de los cristales sucios
y en los escaparates del arrabal nocturno
nacen raras estrellas llenas de un brillo roto.
Es la firma febril de la expulsada,
los dientes apretados del desprecio,
lo que creció en silencio entre esas olas.
La parte cercenada de mi alma transparente
se ha vuelto ancha y ajena, extraña al mundo
que tú creías tuyo.
Soy irrecuperable como mi corazón
y no siento nostalgia de eso que llaman patria.
He venido a quedarme, no te engañes.
El blog de Emma Gunst.