El Colegio de Contadores del Uruguay difundió un proyecto de pronunciamiento para incorporar como referencia técnica las Normas Internacionales de Información Financiera de Sostenibilidad (NIIF S1 y S2), elaboradas por el Consejo Internacional de Normas de Sostenibilidad (ISSB, por sus siglas en inglés).
Estas normas contables son requeridas por más de 140 países y están diseñadas para garantizar que las empresas proporcionen información relacionada con la sostenibilidad junto con los estados financieros en un mismo paquete de informes, y pueden ser utilizadas junto con cualquier requisito contable.
“Las nuevas normas sobre revelaciones cuentan con un nivel de rigurosidad comparable a las NIIF tradicionales y desde el año pasado comenzaron a ser utilizadas en varios países, en algunos casos de manera voluntaria, pero en otros de manera obligatoria, como en Brasil y Chile desde el próximo año para empresas listadas”, aseguró Ítalo Elola, director en Asesoramiento de Negocios de KPMG Uruguay.
El especialista explicó que las NIIF no regulan cómo contabilizar los resultados en sostenibilidad, sino cómo deben ser divulgados. A la vez, indicó que este hito supone un avance hacia la obligatoriedad de su implementación en Uruguay. “Para que sean obligatorias deberá haber un Decreto, a sugerencia de la Comisión de Normas Contables Adecuadas de Uruguay. Esto es el primer paso hacia ese camino”, afirmó.
¿Qué alcance tienen?
Las NIIF requieren que las empresas informen sobre gobernanza, estrategia, riesgos, métricas y objetivos en materia ambiental, incluyendo datos tan sensibles como las emisiones de gases de efecto invernadero en toda la cadena de valor.
El proceso uruguayo prevé una adopción voluntaria entre 2026 y 2028, pero con una hoja de ruta clara hacia su obligatoriedad. Las empresas que opten por ignorar esta transición podrían quedar rezagadas en un ecosistema financiero cada vez más atento al riesgo climático, con consecuencias sobre su acceso a crédito, inversión y mercados internacionales.
Desde KPMG aseguran que las organizaciones que se anticipen a la implementación de esta normativa tendrán una oportunidad clara de consolidar su narrativa estratégica y ganar credibilidad frente a inversores, reguladores y la sociedad civil. “Ahora la sostenibilidad se mide, se compara y se audita, por lo que las empresas deben adoptar estos cambios como una ventaja competitiva”, sentenció Elola.