“Soy escribana y durante muchos años trabajé en el comercio, más precisamente en los supermercados Devoto, que era una empresa familiar. Allí una de las secciones en las que más me gustaba trabajar era en la de té. En 1998 se vendió la empresa y ahí tenía que decidir qué hacer, y me gustó comenzar a especializarme en té. Hace 10 años que trabajo exclusivamente en esto, trato de transmitir esta pasión y sobre todo tener claro que siempre tuvimos una impronta muy occidental y deberíamos comenzar a tomar algunas cosas de la cultura oriental, como por ejemplo acompañar una comida con té. Yo lo hago a a diario y trae unos cuantos beneficios al organismo.
Cuando decidí especializarme en este rubro, me anoté en una escuela de sommelier de té en Argentina y viajaba a cursar o rendir, siempre con el objetivo de transmitir esta cultura. Empecé luego con eventos y también a viajar para poder ver lo teórico de lo aprendido pero con lo práctico del cultivo en China, India, Japón, sobre todo visibilizando todo lo que hay detrás de la producción de un té. Según algunos estudios es la segunda bebida más consumida después del agua. Desde hace 4 años tengo mi propia línea de blend que se llama Sinfonía, en la que puse mucho empeño en desarrollar las bases para que después se hagan las mezclas. Mi té tiene muy buenas bases, con la mejor materia prima y preparación. Yo diseño las mezclas, las envío a Alemania y allí me preparan la mezcla, porque considero que son los mejores haciendo eso, y luego me lo envían a granel, yo envaso y etiqueto aquí.
El mercado uruguayo es pequeño, pero traté de armar un mix interesante y encontré un nicho en las hebras de té y el consumo fue aumentando. Solo comercializo vía web y también soy proveedora de establecimientos gastronómicos, hoteles, pero en general todo el consumo del té creció durante la pandemia porque cada vez nos cuidamos más, y como el té es muy saludable, va creciendo su participación. Una muestra de ello es que el segmento crece en las góndolas de los supermercados.
En cuanto a las degustaciones, es muy similar al negocio del vino, de hecho son bebidas que tienen mucho en común y el té al igual que el vino en lo sensorial por lo tanto se puede maridar con comidas. Cada té tiene un muy buen maridaje con ciertas comidas, suelo hacer desde los más suaves a los más intensos: té blanco, verde, azul, negro y rojo, se va de menor a mayor y vamos cruzando con ensaladas, pescados, carnes y hasta dulces de pastelería. Pero también estoy muy sorprendida de cómo la juventud se va sumando a esta tendencia, hoy en las clases que doy encuentro muchos jóvenes que aplican té en la cocina, coctelería, emprendimientos, se abrió mucho el campo de acción”.
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