Mobilart nació en el año 1986 con su primer locación en 25 de Mayo e Ituzaingó hasta 1998 cuando se adquirió la propiedad de la actual oficina sobre Bulevar España. Fundada por la madre de Alejandro, a quien el menor de los Artensztein tilda de “muy visionaria y proactiva”, emprendió en un ámbito donde “vio el nicho y se mandó”.
El padre de Alejandro contaba con una fábrica de mobiliario lo que posibilitó la apertura hacia el rubro de oficinas; ”históricamente tuvimos fábrica de sillas de aluminio, para casa, de todo” señaló el actual gerente general de la empresa.
“Si bien eran dos empresas independientes, en tanto que la fábrica abastecía todo lo que era Mobilart, la marca era la cara visible de todo lo que hacía la fábrica, entonces ahí arrancó” comentó el empresario.
Los tres hermanos Artensztein se encargan del negocio, de forma organizada, dividiéndose las distintas tareas.
La empresa mantiene una marcada tendencia de motivación a la producción y venta de productos nacionales “somos de los pocos que quedamos produciendo acá y sacando adelante la bandera del país”, señalando que no es una situación fácil por la “invasión” de productos de todas las latitudes que muchas veces se ven similares, pero tanto su materia prima como características primordiales son divergentes. Sumado a la producción propia de productos, Mobilart representa en Uruguay a 7 distintas marcas de todo el mundo. Un ejemplo es Giuliani, de Argentina, que “es casi líder del mercado allá”. Estas representaciones brindan la posibilidad de que empresas que arriban a Uruguay y desean conservar una cierta estética en el país de origen, puedan hacerlo. Respecto al tipo de productos que comercializan, Artensztein comentó que “Abarcamos un poco todos los nichos, desde lo que es una casa a una oficina de 800 personas. Al estar en un país chico también tenés que estar un poco en todo”.
Hace diez años que la madre de Alejandro dió un paso al costado y ya “no mete bocado, confía plenamente en mi”. El empresario comenta que desde joven le ha gustado el ámbito comercial y a los 14 años comenzó a vincularse a la empresa como repartidor y tomándolo -al principio- como un juego.
Según el empresario, el trabajo en familia tiene sus pro y sus contra, sin embargo no conoce otra forma de trabajar ya que toda su vida se la ha dedicado al emprendimiento familiar, “nací en una familia en la que seguí el traspaso lógico y generacional que implica una empresa de este tipo”. Mobilart permite que sus empleados hagan carrera dentro de la empresa, lo cual habilita que al día de hoy, exista personal que conocen al actual gerente desde pequeño que lo iban a buscar a la escuela, “más que empleados, son de la familia”.
El hijo menor de Alejandro Artensztein muestra un agrado por la empresa y lo que el empresario denomina “beta comercial”, sin embargo no lo presiona y desea que haga su camino, pese a que le encantaría que continúe con el legado familiar.