Agustina Brum y Camila Meana son dos apasionadas del surf. Desde jóvenes –mientras estudiaban sus carreras universitarias–, siempre trabajaban anhelando ahorrar lo suficiente para poder viajar y disfrutar de las olas en distintas partes del mundo. En una ocasión, decidieron tomarse un año sabático para dedicarse a disfrutar de su pasión y este las llevó a desarrollar una idea innovadora.
Al regresar de su travesía, la primera pregunta que surgió fue: ¿cómo seguir viajando después de haber estado un año sin trabajar? Con Brasil en mente como destino, se enfrentaron al desafío de encontrar una manera de abaratar costos y fue entonces cuando se les ocurrió reunir a un grupo de personas dispuestas a dividir los gastos de una camioneta y el alojamiento durante una semana.
Pero surgió un obstáculo cuando comenzaron a preguntarle a sus amigas quiénes se unirían a ellos para surfear en Brasil, porque ninguna sabía surfear. Sin embargo, muchas de ellas manifestaron su interés en aprender y ante esta situación –y con su experiencia previa en la enseñanza del surf—, Brum y Meanan decidieron ofrecer clases durante la estadía en Brasil.
Ahora bien, a pesar de que algunas amigas se unieron al proyecto no fue suficiente para cubrir todos los costos, por lo que las surfistas tomaron una decisión audaz: hacer pública la invitación. Diseñaron un flyer que enviaron por WhatsApp y abrieron una cuenta de Instagram y la respuesta fue abrumadora, tanto que en ese primer viaje –realizado en 2019, con destino a Praia da Rosa–, muchas chicas interesadas se quedaron sin lugar.
Esta primera experiencia marcó el comienzo de lo que se convertiría en Salty Girls, un un faro de empoderamiento femenino, que ofrece a las mujeres la oportunidad de conectarse con el surf, disfrutar de hermosos destinos y crear amistades duraderas en el camino.
A partir de la experiencia inicial en Brasil, Brum y Meana decidieron replicar su enfoque en retiros internos, organizando viajes los fines de semana para enseñar a las mujeres a surfear y la expansión del proyecto en Uruguay les permitió crear una comunidad de mujeres que, gracias a las clases, aprendieron a surfear y luego se sumaron a los viajes internacionales.
En 2021, realizaron su segundo viaje al extranjero, esta vez al norte de España, donde contaban con una mayor experiencia y un equipo más amplio de instructoras. Ese mismo año, también visitaron Costa Rica, destino al que volvieron en 2022.
Este año es el tercer año consecutivo que la comunidad Salty Girls viaja a Costa Rica, y las fundadoras de este proyecto ya tienen planeando agregar un segundo destino para este 2023: las playas de México.
Sobre los viajes
En los viajes internacionales, Salty Girls mantiene grupos pequeños, no superando las 12 pasajeras, junto con un staff de tres personas. Tanto Brum como Meana consideran que mantener grupos reducidos es la clave para que cada una de las participantes tenga una experiencia personalizada. Estos viajes tienen una duración de entre 10 y 15 días.
En los retiros realizados en Uruguay, los grupos son más numerosos, llegando a alrededor de 20 participantes.
Brum alienta a las interesadas a animarse a probar este deporte, y asegura que comenzar algo nuevo por su cuenta puede resultar mucho más desafiante que hacerlo en grupo, especialmente en un entorno femenino.
Tu opinión enriquece este artículo:
Adriana Nadal :
Excelente Titi , beso enorme