Remeras, mochilas, libros, peluches y todo tipo de juegos con uno o más de los más de 550 “muñequitos” forman parte del universo de productos de la marca uruguaya Me!Humanity, que comenzó a funcionar casi como una casualidad en 2014.
Su alma máter, Agustina Roig, una madre entusiasta que es diseñadora gráfica de profesión, le contó a InfoNegocios que empezó a hacer dibujos de personajes para un proyecto de etiquetas que llevó adelante con una amiga. “Hacía, por ejemplo, una bailarina, para que una niña que quiere ser bailarina se sienta identificada”, explicó.
Cada vez fue dibujando más y más. Y poco tiempo después empezó a soñar en grande: quería transformar esos dibujos no solo en todo tipo de productos de merchandising sino en un proyecto para promover valores humanos y conciencia emocional a través de libros y personajes infantiles.
Hoy Me!Humanity se consolida como una marca nacional, pero también se está transformando en global, con impacto comercial y educativo en varios países del mundo.
Y su modelo de negocios para lograr una expansión exponencial no tuvo que ver con una inversión inicial de Roig, sino con el trabajo constante y la venta de propiedad intelectual (IP) a distintas empresas.
El mercado global de licencias alcanzó aproximadamente US$ 370.000 millones en 2024, según Licensing International. Y, en este esquema, la categoría de entretenimiento/personajes representa un 40% del total global; es decir, cerca de US$ 150 mil millones, con un crecimiento notable en Asia-Pacífico y Latinoamérica en los últimos años.
“Para un proyecto como Me!Humanity, que combina personajes, emociones y valor de marca, entrar en este ecosistema representa tanto una oportunidad de escalabilidad como de diferenciación”, apuntó Roig.
Inversiones y expansión internacional
Entre las primeras alianzas estratégicas que desarrolló Agustina, quien lleva adelante este emprendimiento sola, estuvo el lanzamiento del primer libro de Me!Humanity en 2016 de la mano de la editorial Santillana, que apostó por los personajes ojones por ese entonces desconocidos y editó “Los Me! conocen sus emociones”.
El libro tuvo gran éxito y hoy, junto a muchos otros de Me!Humanity, está presente en bibliotecas de escuelas en todo el país.
Luego apareció la inversión de otra marca uruguaya: Phi Phi Toys, que desembolsó unos US$ 400.000 en el desarrollo de todo tipo de peluches de Me!Humanity, que incluyen app de realidad aumentada vinculada a cada personaje en peluche. “Cada personaje tiene su propio código de realidad aumentada que permite interactuar y aprender valores”, explicó Roig.
Hoy estos juguetes se comercializan en el mercado local, pero también en jugueterías de Argentina y España.
El salto al antiguo continente se dio en 2024, cuando la empresa española CYP Brands adquirió los derechos de Me!Humanity e invirtió aproximadamente 150.000 euros en mercadería, que actualmente se comercializa en cadenas tan prestigiosas El Corte Inglés, Fnac y la Casa del Libro. “España fue nuestro punto de partida en Europa, y la respuesta superó nuestras expectativas”, destacó.
A su vez, Roig concretó una operación clave con China, donde vendió la patente de sus personajes por US$ 30.000 para su uso bajo licencia. Si bien todavía no comenzó, la venta de sus productos en el continente asiático es inminente.
Esta licencia tuvo un valor importante ya que en otros mercados, por ejemplo España, la licencia de Me!Humanity tuvo un valor de US$ 10.000, “el mismo precio que cobra Disney por el uso de sus personajes”, según contó su fundadora.
Además, Me!Humanity percibe un porcentaje de las ventas de los productos. En Uruguay, por ejemplo, Roig explicó que las marcas locales que producen artículos de papelería o peluches no compraron la licencia completa, pero pagan regalías del 10% en papelería y 12% en peluches.
De Uruguay al mundo: libros, plataformas y alianzas
El universo Me!Humanity abarca una línea de libros infantiles que promueven la empatía, la inclusión y el bienestar emocional. El año pasado estos libros fueron adquiridos por la Fundación Víctimas del Terrorismo de España, que ya tradujo algunos títulos al euskera y proyecta traducirlos al vasco.
Además, los títulos están disponibles a nivel mundial en ODILO, una plataforma global de libros digitales, “gracias a un acuerdo muy bueno que conseguimos afuera”, señaló Roig. También Santillana incorporó los libros de Me Humanity a su plataforma Loqueleo, que se distribuye en gran parte de América Latina.
“Ahora estoy cerrando un acuerdo con una editorial argentina que va a publicar los libros allá”, adelantó Roig.
Proyectos regionales y alianzas estratégicas
En Uruguay, la marca también acaba de cerrar una alianza con Aquamanía, el parque acuático de Salto, donde se incorporó la identidad de los personajes de Me!Humanity en la experiencia del parque. “Es un caso que demuestra cómo la marca puede integrarse en propuestas de entretenimiento sin perder su mensaje educativo”, comentó Roig.
Por otro lado, Me!Humanity está desarrollando un proyecto educativo en un país africano, orientado a implementar su modelo de aprendizaje emocional en escuelas públicas. “Nos emociona poder llevar esta propuesta a un contexto tan distinto al nuestro. Es la prueba de que los valores humanos son universales”, dijo Agustina.
Un modelo uruguayo con impacto global
El modelo de expansión se apoya en licencias internacionales que permiten a cada país adaptar la filosofía de Me!Humanity a su cultura, manteniendo el propósito central: promover empatía, conciencia y educación emocional desde la infancia.
“No vendemos solo un producto, sino una forma de mirar el mundo y de actuar en él”, resume Roig.
En este sentido, Me!Humanity no solo apunta a un público infantil sino que trabaja sobre otro mercado: el de los llamados “kidults”, es decir, adultos coleccionistas de juguetes.
“En Estados Unidos, por ejemplo, las ventas de juguetes para mayores de 18 años subieron un 18% interanual, superando el crecimiento de otros grupos etarios y en Asia, la “economía kidult” se está posicionando como un motor para los comercios de juguetes”, indicó Roig, quien cree que sus personajes son un espejo de la humanidad y que allí radica su éxito.
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