¿De qué hablamos?... cuando hablamos de: Gobierno entre la espada y la pared por inflación

(por Finanzas Uruguay)

“Febrero cerró con un sorpresivo registro de inflación del 1,66% acumulando en lo que va del año un incremento promedio de precios del 4,14% de acuerdo a los registros del IPC. Tenemos que remontarnos hasta el año 1995 para encontrar una inflación superior a la actual en los dos primeros meses del año. Si bien es cierto que enero tuvo un registro de inflación artificial, como decíamos al momento de su publicación … (seguí, hacé clic en el título)
 

… y sin dudas está afectando la medición para este período considerado, la inflación acumulada de los últimos doce meses corrige ese registro artificial y sin embargo se aproxima peligrosamente al 10%, barrera psicológica que el gobierno intentará evitar por todos los medios. Uruguay no tiene una inflación anual tan alta desde agosto de 2004 y esto explica los titulares de los diarios que hablan de la inflación más alta de los últimos 10 años.

La espada y la pared...

Decíamos en informes anteriores que la inflación debe ser controlada para evitar un espiral inflacionario que sucede cuando los precios suben progresivamente y generan varios problemas como por ejemplo inestabilidad en la economía, dificultad en la toma de decisiones de las empresas y las familias, empeoramiento del clima de negocios, pérdida del poder de compra real de las familias, etc. El problema que enfrenta el gobierno deriva de la dificultad para encontrar medidas que frenen el aumento de la inflación en una economía uruguaya que presenta un elevado gasto público y un alto grado de indexación salarial.
Es poco probable tomar medidas sobre el gasto público en un año electoral y aún menos probable sería afectar el ajuste de los salarios. Se deberá recurrir por ejemplo a la reducción de tarifas públicas en un año que ya viene complicado por una magra temporada turística, lo cual estaría asegurando un deterioro en el déficit fiscal del país. Probablemente se buscarán algunos acuerdos de precios en ciertos productos y servicios integrantes de la canasta de consumo básico que mide el IPC pero ya hemos advertido que esa situación maquilla el dato de inflación en lugar de solucionar el problema de fondo. Es decir, afectar algunos precios que mide la canasta es simplemente afectar una muestra que intenta ser representativa del consumo promedio de todos los uruguayos. Entonces salvo que una persona consuma exactamente y en la misma proporción todos los bienes y servicios de la canasta que mide el IPC, esa reducción de precios de determinados bienes y servicios puntuales no necesariamente afecta a todos los uruguayos o en el mejor de los casos no los afecta con el mismo impacto con el que afectaría al IPC. Como ejemplo, haga su cálculo personal de cuánto le afecta el aumento (o la rebaja) de UTE a sus finanzas personales o el incremento del precio de la carne. Si usted envía a sus hijos a un colegio privado seguramente la tarifa de UTE o el precio de la carne es lo de menos en su economía familiar.
Finalmente, el incremento del dólar también generaría inflación y es el gran dilema que enfrentará el gobierno y que de alguna forma lo pone entre ‘la espada y la pared’. Nuestro país viene rezagado en materia cambiaria y por eso los turistas se quejan de nuestros precios y nosotros nos sorprendemos de lo barato que resulta por ejemplo comprar bienes en el exterior. El ‘boom’ de las compras por internet no es una casualidad. Uruguay necesitará aumentar aún más la cotización del dólar para mejorar sus resultados comerciales con el exterior en un momento en que se enlentece su crecimiento económico y el contexto internacional no aparece tan auspicioso como lo venía siendo para nuestra región. Pero ese incremento del dólar podría convertir al dato de inflación en un registro de dos dígitos, algo que se quiere evitar a toda costa.
Ante el dato de inflación de febrero el mercado local reaccionó bajando fuertemente el dólar. La semana pasada la cotización del dólar cerraba a un interbancario de $22.24. Veremos entonces cómo procederá el gobierno en lo que resta del año. ¿Intentará planchar el dólar por unos meses para frenar la inflación complicando la situación comercial del país o aceptará su necesario incremento poniendo todas las cartas en la reducción de tarifas y acuerdos de precios? Sin dudas lo analizaremos en futuros informes y por el momento mantenemos todas nuestras actuales proyecciones sobre inflación y tipo de cambio”.

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