En este sentido, Uruguay tiene el problema de enfrentar un cambio de la estructura demográfica similar a la de un país desarrollado, con alto envejecimiento de la población y bajo incremento de trabajadores activos aportantes.
En 2017, la asistencia financiera total al BPS fue de USD 3.160 millones. Tomando este punto de partida y las proyecciones oficiales del BPS (en los próximos cuarenta años, aumento de 51% en la cantidad de jubilados y pensionistas y de 10% en los cotizantes), la presión sobre el sistema y las cuentas públicas no hace más que crecer a futuro.
Si se consideran estas previsiones, los egresos globales del BPS tienen un aumento previsto de 158% en pesos constantes en el período 2017-2057, muy por encima del aumento que pueda tener la actividad económica y por ende los ingresos genuinos del sistema, cuyo financiamiento y sustentabilidad se impone como la reforma más desafiante del próximo gobierno.
Por: Matilde Morales, gerente de Consultoría Económica de PwC Uruguay.
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