Nuestro optimismo acerca de la evolución del mercado a nivel global se sustenta en tres razones principales. Primero, en la reciente mejora de los mercados financieros, impulsada por la desaceleración de la inflación y las rebajas previstas de los tipos de interés; en segundo lugar, en la demanda acumulada de operaciones; y en tercero, en la necesidad estratégica por adaptar y transformar los modelos de negocio.
Los inversores se enfrentarán a condiciones muy diferentes a las de los últimos años y, en consecuencia, tendrán que adaptar sus estrategias. Dado que el panorama macroeconómico y geopolítico sigue siendo incierto, los inversores y los profesionales de M&A que sean capaces de evaluar los riesgos y planificar diferentes escenarios, se sentirán más confiados actuando que aquellos que estén esperando hasta que la incertidumbre se despeje.
Creemos que el éxito estará en aquellas operaciones que prioricen la estrategia y tengan en cuenta el impacto de las grandes tendencias globales, como la disrupción tecnológica (incluido el auge de la inteligencia artificial), el cambio climático y los cambios demográficos en sus modelos de negocio, y que sean capaces de utilizar las transacciones para afrontar sus procesos de transformación.
La necesidad de ser rápidos, la reinvención de los modelos de negocios, la adquisición de talento en la era de la tecnología y la audacia en las transacciones serán los cuatro aspectos esenciales a tener en cuenta.
Tu opinión enriquece este artículo: