La profunda crisis sanitaria por la que está atravesando el mundo acarrea otra crisis todavía más profunda y compleja. La economía y las finanzas están en jaque. Aún no aparecen los reyes ni alfiles que hagan un movimiento con sus torres o caballos para ver cuál es la mejor estrategia para avanzar, al menos, un casillero. Entre tanto, peones y otras piezas fundamentales de todo el movimiento táctico van sufriendo heridas.
En este sentido, todos los actores –empresas– involucrados en el sector comercial y en el de servicios vienen teniendo, desde el viernes 13 de marzo, cuando se confirmó en Uruguay los primeros casos de COVID-19, un sacudón financiero importante, como lo revela el estudio “Impacto Económico del COVID-19”, una encuesta elaborada por la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay (CCSU) a 629 empresas.
Para ser más precisos, los sectores que participaron fueron 352 empresas de comercio, 242 de servicios, 11 empresas de construcción, 20 de industria y 4 del sector agropecuario. Es decir, piezas de un tablero en el que se construye la economía real del país. Piezas que, según las conclusiones generales del informe, marcan un futuro complejo, ya que evidencia una grave situación económica, tanto desde el punto de vista de ingresos como de generación de fuentes de trabajo.
Las principales cifras son: 89% de las empresas (560) indicó que sus ventas cayeron desde el 13 de marzo e incluso 66,1% remarcó que el descenso fue notorio. Ante la pregunta acerca de cómo estima que se comportarán los niveles de venta en las próximas semanas, el 95,4% respondió que seguirán cayendo de forma pronunciada.
Con respecto a la reducción de empleados en las empresas, 6 de cada 10 establecieron que ya tuvieron que ajustar su plantilla de trabajadores. De las 370 empresas que aseguraron haber adoptado medidas, muchas indicaron que fueron distintas cosas, resaltando tres: 38,3% envío al seguro de paro total o parcial, 21,1% teletrabajo y 18,2% licencias.
A propósito de si en las próximas semanas se tomarán más medidas, el 66,5% contestó que enviará a más trabajadores a seguro de paro (en este caso, 42,2% dijo que tendrá que hacerlo con el 75%-100% de su personal), mientras que 33,5% sostuvo que aún o tiene resuelto qué medida tomará, pero no será el envío a seguro, sino buscar opciones como teletrabajo, licencia o rotación de horarios.
En suma, el freno de la economía es generalizado y afecta a todos los sectores de actividad económica, con especial foco en el sector comercios y servicios debido a la caída abrupta del consumo por parte de los hogares. Casi al cierre del primer trimestre, el panorama no es alentador y muchos ya quieren que 2020 pase por alto. Falta mucho, pero la expectativa de un 2021 mejor es la zanahoria que todos tenemos ahora por delante.
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