Sin lugar a dudas Ignacio Rivera Quintana es un hombre de buena estrella e incluso más: un líder de buena estrella. ¿Por qué? Primero porque pertenece a la cuarta generación de la familia que creó Estrella Galicia, siendo bisnieto del fundador de la compañía cervecera. Segundo, porque en los últimos 10 años de las tres décadas que lleva trabajando en la empresa, su gestión ha llevado a triplicar la cifra del negocio y de la producción, tanto en España como en el mercado internacional.
Dicho en otro término, cuando Rivera Quintana se incorporó a la empresa -en la década de 1990- la facturación alcanzaba los € 30 millones, pero con su mandato al frente de los negocios de la compañía comenzó a crecer Estrella Galicia y esa cifra se convirtió en más de € 600 millones. ¿Tiene o no buena estrella este hombre?
De visita en Uruguay para acompañar las celebraciones por los primeros 20 años de Estrella Galicia en el país -que vale recordar importa y distribuye la empresa Pontyn-, Rivera Quintana compartió un café con InfoNegocios y dialogó de los objetivos de esta compañía que, entre otras cosas, busca a través de la internacionalización de la marca “alcanzar en 2025 una facturación de € 1.000 millones”.
El lema “no ser la más vendida, sino la más amada” es atractivo y muy potente, pero lo cierto es que Estrella Galicia también de ser muy amada es mu vendida. ¿Cuáles son las cifras de la marca?
Todavía no cerramos 2022, pero estimamos una facturación de € 700 millones. Las cifras que sí tenemos claras son las de 2021. El año pasado despachamos más de 430 millones de litros de cerveza y más de 180 millones de litros de agua, eso nos hizo alcanzar una facturación por encima de los € 610 millones, cuyos beneficios, después de los impuestos, nos dejó cerca de € 95 millones. Es decir, en 2021 facturamos un 27,4% por encima de 2020. En lo que se refiere a inversión, que supongo también es un dato que interesa, el año pasado incrementamos las mismas en más de un 20%, sumado más de € 66 millones.
Según tengo entendido, dentro del plan de inversiones hacia el futuro está previsto abrir en Brasil la que sería la segunda “cocina cervecera” de la compañía, ¿no?
Es cierto, con una inversión de € 160 millones estamos construyendo en San Pablo una nueva plata industrial de cerveza, cuya capacidad productiva anual es de 150 millones de litros. Sabemos que el crecimiento de Estrella Galicia viene desde la internacionalización de la marca, que hoy es un mercado que representa el 10%, pero en tres años proyectamos que sea del 30%. Sabemos que para tener una mayor competitividad en la región debemos fortalecer más la presencia y eso, con una cocina cervecera en Brasil, será clave para el desarrollo.
Estrella Galicia cumple 20 años de presencia en Uruguay, ¿qué significa esto para usted y para la marca?
Uruguay es un país que nos permite analizar todas las dimensiones que podemos llevar adelante en Sudamérica. Cuando salimos de España hacia el mundo, el primer mercado en Sudamérica fue Uruguay. En lo personal Uruguay significa una larga amistad con Daniel Rama, al frente de Pontyn. En lo que refiere a posicionamiento, Uruguay es muy importante para Estrella Galicia, dado que es el segundo consumidor per cápita de nuestra cerveza tras España, es decir, más o menos unos 35 litros per cápita. En Uruguay estamos cerca de los dos millones de litros de venta anuales.
¿Qué diferencia a Estrella Galicia de otras marcas?
Sin duda está en nuestra propuesta de valor, en nuestro adn artesano, que cuida por encima de todo el producto. Cuidamos la olla, la cocción. Cuidamos las recetas. En eso Estrella Galicia es un producto diferente. Somos una big craft con una maduración laboriosa. Eso es lo que nos ha hecho diferentes y no vamos ni queremos cambiarlo.
Pero imagino que en sus 30 años de trayectoria en la compañía hubo cosas que ha querido cambiar o algún error que no quisiera repetir, ¿no?
Sin duda, porque sin equivocaciones o errores no hay innovación. Antes hablamos de qué nos hacía diferentes. Los errores no hacen diferentes, porque de lo contrario solo estaríamos copiando lo que otro ya hizo. Ahora, yendo al grano, un error que no volvería a cometer es el de haber intentado ser el más barato, por pensar en las cercanías quisimos vender la cerveza más barata y en eso nos equivocamos.
Recién dijo que sin equivocaciones no hay innovación. ¿En qué más se puede innovar en cerveza?
En todo...
¿En sabores?
También. Por ejemplo, nosotros hacemos una tirada muy limitada o pequeña de cerveza con percebes de Costa da Morte, un marisco típico de Galicia. Hacemos cerveza con moras, etcétera. Pero en lo que estamos trabajando es en hacer cervezas funcionales, cervezas que mejoren la salud, que bajen el colesterol. Eso es innovación.
Entre tanto, la cerveza seguirá siendo sinónimo de encuentro, de amigos, de risas y brindis que levantan no solo espuma, sino un buen negocio.
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