Junto con octubre comenzó la denominada Zafra de toros, época del año en que aumenta significativamente la venta de estos animales para reproducción por parte de cabañas y rematadores. El negocio es simple: los productores ganaderos buscan invertir en genética para alcanzar mejores valores al momento de colocar su producción o vender la carne. Este año en particular la zafra comenzó con buenos precios, promediando los US$ 4200 por animal en algunos remates.
Además del valor de compra, invertir en un toro trae consigo ciertos gastos de mantenimiento, como los asociados a la alimentación y sanitarios. A su vez, en caso de que el animal se lastime antes del primer año de trabajo, su valor disminuye considerablemente, obligando al productor a venderlo a un frigorífico por el costo de su carne que, al día de hoy, puede ser de unos US$ 900 para un toro de 600 kg. Al mismo tiempo, cada toro trae consigo un lucro cesante: alimentarlo implica dejar de alimentar a 1.5 vacas, lo que a su vez implica perder 1.2 terneros de 150 kg.
Conscientes de estos por menores y mirando un modelo aplicado desde hace años en Argentina, Juan Capandeguy y equipo decidieron ingresar al mercado con una propuesta innovadora: Rent a Bull, un servicio de alquiler de toros para productores ganaderos.
La empresa funciona en Uruguay desde hace cinco años y crece de forma exponencial, acompañando el proceso informativo de los usuarios. “A medida que pasaba el tiempo nuestros clientes nos han ayudado a difundirlo porque han tenido muy buenas experiencias. Muchos de los clientes que tuvimos en los dos primeros años nos siguen llamando para que los proveamos de toros. Llevó mucho trabajo de información y de hacer entender tanto al productor como a la cabaña el rol que venimos a cumplir en la cadena: no intercambiamos ningún eslabón, sino que sumamos unos, porque nosotros nos proveemos de las cabañas y el productor sigue utilizando la genética de distintas cabañas, sólo que en vez de comprar el toro, lo alquila”, cuenta Capandeguy a InfoNegocios.
En este momento Rent a Bull cuenta con 140 toros, ubicados en su “guardería” ubicada en Colonia y planean seguir creciendo, para llegar a “400 o 500 animales de aquí a tres o cuatro años”. El año pasado alquilaron 120 toros y este año ya tienen 100 toros reservados.
Para el productor ganadero, el costo de alquiler es de aproximadamente un 30% del valor de compra de cada categoría, por lo que en un escenario hipotético, alquilar un toro que tiene un valor de venta de US$ 5.000 cuesta, dependiendo de varios factores, entre US$ 900 y US$ 1.300 por la temporada. “El acuerdo que firmamos con el productor es de hasta tres meses y medio. Lo tradicional son tres meses, pero a veces el productor ve que se puede trabajar un poco más y se lo dejamos más tiempo”.
El contrato de alquiler incluye un seguro que cubre posibles lesiones que pueda sufrir el animal trabajando. “Si se lastima, se quiebra, queda ciego o pasa lo que sea, nosotros no cobramos nada aparte del alquiler; el seguro también cubre muerte inevitable. Lo que no cubre es abigeato o faltante del toro”.
De cara al futuro, junto con el aumento de las cabezas de ganado, Rent a Bull planea abrir más guarderías en Uruguay para mejorar el factor logístico. “La mayoría de nuestros clientes están en la zona sur, queremos abrir una guardería más al centro y otra más al norte por el tema de los traslados de los animales”.
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