Con sede en Uruguay y un liderazgo femenino en ambas orillas del Río de la Plata, Eywa Biotech, una startup fundada y dirigida por la uruguaya Paola Rodríguez Camarot y la argentina Victoria Costa Paz, logró cerrar una ronda semilla por 2,5 millones de dólares, que estuvo liderada por el inversor de capital de riesgo estadounidense Tim Draper, el mismo que apostó en su momento por Tesla, SpaceX y Coinbase.
Esta inyección le permite a Eywa Biotech escalar la producción de psilocibina, un compuesto psicoactivo de origen natural –que se encuentra en varios tipos de hongos y es responsable de los efectos alucinógenos– destinado al tratamiento de enfermedades mentales, como la depresión, la ansiedad y el estrés postraumático.
Según la startup, “repetir los modelos de negocios tradicionales no es suficiente para los psicodélicos, el mundo necesita compuestos psicodélicos de calidad clínica y farmacéutica diseñados con la máxima precisión, seguridad y escalabilidad”.
En su laboratorio en Montevideo, en el que trabajan 13 científicos, Eywa Biotech desarrolla un proceso biotecnológico sustentable que permite producir moléculas psicoactivas sin depender de la extracción de hongos naturales, reduciendo costos y tiempos de producción hasta cinco veces respecto de los métodos tradicionales.
Combinando biología sintética, ingeniería genética y sustentabilidad, logra ciclos de biosíntesis de uno o dos días con estándares farmacéuticos.
Según las fundadoras y CEOs de Eywa Biotech, el mercado global de terapias con psicodélicos se proyecta en cerca de 7.000 millones de dólares para 2027, dependiendo de las aprobaciones regulatorias que vayan dándose. En países como Australia y Canadá, para abordar temas como la depresión mayor, el uso de psilocibina ya está aprobado con prescripción psiquiátrica. Entre tanto, en Estados Unidos y en muchos países Europa existen cerca de 200 ensayos clínicos que están explorando el potencial de estas terapias.
Para no perder la carrera, la startup creada por Rodríguez Camarot y Costa Paz ya comenzó a firmar acuerdos con farmacéuticas, universidades y centros de investigación. Sin duda, los 2,5 millones de dólares que movilizó Draper Associates se dispararán rápidamente.
Además, según comunicados oficiales, a esta inyección debe sumarse además Draper Cygnus, Panambi Ventures —el primer fondo de Latinoamérica especializado en psicodélicos— y Ganesha Labs, reconocido en biotecnología, como también fondos del gobierno uruguayo.
Según ha dicho Costa Paz, “este financiamiento nos acerca a un objetivo mayor: democratizar el acceso a terapias que transformen la vida de millones de personas”, agregando que su deseo es que, “cuando la psilocibina esté aprobada en más países, Eywa Biotech sea sinónimo de calidad, confianza y sustentabilidad”.
En un escenario en el que los tratamientos tradicionales ya no alcanzan para abordar los temas de salud mental, que aparezcan nuevas soluciones –por más psicodélicas que sean– es un capítulo más que necesario. Que sea accesible, sustentable y humano es un logro. Que sea uruguayo –o mejor dicho del Río de la Plata– una victoria de la pasión por la ciencia.
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Sergio Peteco :
FELICITACIONES A ESTAS 2 MUJERES, POR SU DESCUBRIMIENTO E INICIATIVA. MUY MUY BUENO PARA LA SALUD MENTAL! MUCHA SUERTE Y ÉXITOS FUTUROS!