Ya es un hecho que la movida de los foodtrucks vino para quedarse, es un mercado que poco a poco está creciendo, sin embargo, según Laurido no es un negocio que sea 100% rentable aún, ya que como no está regularizado por la Intendencia, dependen de terceros, de que haya eventos o festivales en los que puedan trabajar “es muy zafral, creemos que lo tienen que regularizar en cualquier momento y tenemos que estar preparados para cuando llegue ese día” comentó.
Laurido contó que la construcción de un foodtruck tiene un costo aproximado de 45.000 dólares, y puede hacerse tanto en el exterior como en Uruguay donde ya hay talleres que brinden el servicio. En el caso de Route decidieron armar un foodtruck sobre un vehículo, que no solo se parezca a uno sino que efectivamente lo sea, y así poder recorrer cada rincón del país. “Nos interesa recorrer el interior del país, entendemos que falta explotarlo y que hay mucho para aprender del interior, es un mercado grandísimo”, señaló.
Route apunta al concepto de comida gourmet callejera. Para el festival Degusto al que también irán, la propuesta constará de bagels de tres sabores, papas fritas bañadas en cheddar fundido y panceta, pinchos variados a la parrilla y pork burger (hamburguesa de cerdo). Para que la gente entienda que el producto es bueno, contarán con el asesoramiento y respaldo del catering del chef Jorge Oyenard en algunos menús.
La temporada alta de los foodtrucks comienza en octubre y se extiende a noviembre y diciembre. El plan de Route para el verano es irse a recorrer los balnearios del este, pero quieren estar fijos principalmente en Maldonado, si bien no está del todo confirmado ya comenzaron las gestiones.
Route prendió los motores y arrancó con todo, aparte de estar en el Festivalito de Ciudad Vieja, estarán también en Degusto (la mayor feria actual de foodtrucks), en la MoWeek, y en el festival Música de la tierra en el Parque Jacksonville.
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