Bah Free Shop está en proceso de apertura en Uruguayana, lo mismo que Caturra Free Shop en Porto Xavier. En fase de autorización, en cambio, hay otros cuatro locales que piensan instalarse en Foz do Iguaçu y Porto Xavier. Dos locales de DFA, uno en Uruguaiana y otro en Foz do Iguaçu, todavía no abrieron dado que están a la espera de una mejora en la economía brasileña. Pero otros 11 free shop –como Emporio Duty Free en Barra de Quarai, Dufry en Uruguayana, Free Shop Mauá en Porto Mauá y Free Shop Caraballat en Jaguarão– están abiertos y son, más allá del cierre de fronteras y el no ingreso de turistas, la verdadera y dura competencia de los free shops en Uruguay, cuyas ventas cayeron a un tercio respecto al año pasado.
“Es cierto que el COVID-19 ha afectado al sector, pero la pandemia en realidad no está dejando ver algo mucho más grave, que es el régimen de tiendas libres en el lado brasileño”, remarcó Carlos Loaiza a InfoNegocios, agregando que al contar “con condiciones más flexibles y amplias que el sistema uruguayo, nos perjudica notoriamente, así como también perjudica el ingreso que tienen distintos organismos por esta actividad”.
En este último sentido, a lo que el secretario general de la Cámara de Empresarios de Free Shops del Uruguay se refiere es, por ejemplo, al pago de tributos asociados a la actividad económica de los free shops (como IVA, IRAE e IMESI) que representa entre el 6% y el 8% de la recaudación de los departamentos de Artigas, Rivera, Rocha y Cerro Lago, o bien a la recaudación que la Dirección Nacional de Aduanas tiene por concepto de cánones pagados a Depósito Fiscal Único –que representa entre un 5% y 6% de la recaudación genuina del organismo–, que se contrajo un 87% en abril de 2020 respecto al mismo mes de 2019.
Según el nuevo informe económico solicitado por la Cámara de Empresarios de Free Shops del Uruguay a Grant Thornton y preparado por el economista Ignacio Munyo –al que InfoNegocios accedió a un resumen– solamente por el impacto del deterioro de la paridad cambiaria real con Brasil (Uruguay se encuentra un 40% más caro), la caída en el PBI de Brasil y la caída del salario real en Uruguay, “las ventas de los free shops podrían caer más de un 30% en 2020 respecto a 2019, sin considerar el impacto adicional del distanciamiento asociado al COVID-19”.
Cabe señalar que la Cámara de Empresarios de Free Shops del Uruguay –que en abril celebró sus primeros 10 años– está integrada por las principales cadenas de free shops de frontera de Uruguay, reuniendo la mayoría de la facturación (más del 50%), el mayor espacio en m2 construidos (más del 60%) y el mayor número de empleo de todo el sector (que entre directos e indirectos alcanza unas 2.500 personas).
“Estamos convencidos –dijo Loaiza– de los impactos positivos que los free shops tienen en áreas económicas como sociales, por eso necesitamos seguir manteniendo este modelo de negocio. El punto es que hoy, tenemos un cliente imposible, que es el turista que ingresa al país, y más el turista de compras como es el brasileño. Si nosotros seguimos con la misma normativa, que no nos permite vender al ciudadano uruguayo, va a ser muy difícil recuperar el negocio de los free shops”.
Lo que el secretario general de la Cámara de Empresarios de Free Shops del Uruguay señala con más urgencia es tener un régimen similar al de Brasil, es decir, que los free shops fronterizos uruguayos puedan venderle a los uruguayos, algo que hoy la normativa no permite.
“Sabemos que las autoridades tienen un plan de hacer una política espejo con Brasil”, apuntó Loaiza, agregando que aquí bien podría aplicarse lo que sucede en el país vecino, “que es que los brasileños pueden comprar en los comercios de frontera dentro de su país hasta un límite mensual en dólares”.
“Esa cuota mensual podría establecerse aquí para que los uruguayos puedan comprar en los free shops del lado uruguayo. Esto no solo le generaría a los locales tener un cliente que hoy no tiene, sino también, y muy importante, generaría puestos de trabajo e ingreso por impuestos que quedarían en el país”, señaló Loaiza.
Consultado acerca del stock de mercadería parada en estos seis meses, el secretario general de la Cámara de Empresarios de Free Shops del Uruguay dijo que no puede estimarse el valor en dólares que allí hay, sobre todo en bebidas y perfumería, productos de altísima demanda pero que no pudieron comercializarse.
“En cuanto a todos los productos comestibles, fundamentalmente perecederos, fueron donados a las distintas organizaciones sociales que desde un comienzo salieron a poner el hombro para dar una mano a los más necesitados”, finalizó Loaiza.
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