La historia de La Valenciana es la de un oficio que se transmitió de generación en generación hasta llegar a las manos de Julio Martínez, quien lo aprendió de su abuelo: el oficio de hacer churros.
Él, de origen español, junto con su esposa uruguaya, Carolina Melo y el resto de la familia, volvieron de España con la máquina de hacer churros que utilizaban en el negocio que llevaban adelante en Denia, pueblo de la Costa Blanca de Valencia.
En cierto momento después de su vuelta al país los invitaron a ser parte de una feria en Punta Carretas con la máquina que hacía tiempo no utilizaban y el producto fue todo un éxito entre los asistentes. En 2016 abrieron una pequeña empresa y a partir de allí el crecimiento fue constante, la demanda aumentó de forma exponencial y los empezaron a contratar para eventos privados y públicos.
Para el año 2018 abrieron el primer local de La Valenciana en una hermosa esquina del barrio Malvín y empezaron a agregar productos de origen. En medio de la pandemia abrieron el segundo local en Portones de Carrasco y se comenzó el proceso para patentar la marca.
“Nuestra intención desde el primer local fue crear el espacio de una típica churrería española, que la gente pueda venir y vivir la experiencia de consumo, que se sienta como en una parte de España tomándose un chocolate. El producto es muy cuidado, con masa vegana, y la gente se hace asidua, queríamos que el churro se haga costumbre entre las personas. Hemos ido logrando fidelizar clientes y captar más: vienen de lugares como el Prado, Aguada o Nuevocentro, llegan hasta acá sólo para buscar los churros”, cuenta orgullosa Carolina a InfoNegocios.
Hablando de números, La Valenciana cuenta con 11.000 seguidores en Instagram y en un mes de temporada alta la cantidad promedio de unidades de Churros que se venden en un mes es de 20.480, además de unas 1100 tazas de chocolate a la española.
En este momento el plan es expandirse dentro del territorio nacional mediante un sistema de franquicias. En ese marco, estuvieron presentes en el stand de la Cámara de Franquicias Uruguayas, de la mano de Kamden, la consultora que se ha convertido en aliada de La Valenciana en este proceso.
Carolina cierra contando cómo se imagina a la marca dentro de unos años: “yo me imagino La Valenciana por muchas zonas, habiendo concretado la expansión que buscamos, abriendo la cancha a otros productos de origen. Uno de los canales de negocio que estamos desarrollando ahora es el de eventos corporativos y también queremos fortalecer esa unidad cada vez más”.
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