Si el 23 de mayo de 1987 les hubiesen dicho a Anselmo y Dolores que la pequeña fábrica que estaban a punto de abrir se convertiría, de la mano de sus hijos, en un símbolo de calidad con productos dulces y salados recorriendo el país y el mundo, probablemente hubiesen creído que era solo un sueño. Hoy, sin embargo, el sueño se materializó y no deja de crecer.
Hasta 2021 La Trigueña permaneció en aquella fábrica ubicada en la avenida Giannattasio en el corazón de Lagomar. Pero la construcción de una moderna planta a escasas cuadras del lugar permitió un nuevo comienzo para la compañía, con un plan de tres etapas que ya va en pleno rodaje.
El plan a corto y mediano plazo aspira a potenciar la venta de galletas dulces, atender mejor al interior del país y, a partir del 2024, internacionalizarse.
Como detalló uno de los directores de la fábrica, Ruben Pereira, en diálogo con InfoNegocios, el diferencial de La Trigueña desde su creación ha sido siempre la calidad del producto. Sin embargo, en un mercado tan competitivo, casi el 45% de las marcas son importadas, teniendo como principal rival las galletas argentinas y brasileñas.
Aunque siempre había mucha demanda, la fábrica no podía hacer frente al volumen de producción. Fue así que un año atrás, dentro del plan de expansión en la nueva planta (en la que invirtieron US$ 9 Millones), La Trigueña comenzó a fabricar galletas dulces, triplicando su capacidad de producción. Al día de hoy la venta de galletas dulces representa un 7% del total de La Trigueña, mientras que en grandes cadenas de supermercados ese porcentaje oscila entre el 7% y el 10%. Los objetivos a corto y mediano plazo en esta unidad de negocio son llegar a un 2% de participación total de mercado en el primer año y escalar a un 7% en un lapso de tres o cuatro años.
Un segundo punto de este plan es fortalecer su presencia en el interior del país. Aunque La Trigueña llegaba a otros departamentos de forma "precaria", según sus dueños, hoy buscan llegar con una mayor distribución gracias a su aumento de producción. “Hasta el momento, el trabajo en el interior era exclusivamente a través de distribuidores que se desarrollaban a su ritmo y manera. Hoy, el gran cambio es que incorporamos un supervisor para trabajar exclusivamente el interior y, a partir de ese cambio, se empieza a mejorar y optimizar la operación en los distintos departamentos”, cuenta Pereira.
Finalmente, a partir de 2024, las galletas de La Trigueña cruzarán fronteras yendo a los lugares de donde vienen sus principales competidoras: Argentina y Brasil. La empresa sabe que la calidad de su producto y el tamaño de dichos mercados les permitirá dar el gran salto para luego seguir dando pasos y llegar a Colombia, Paraguay y más. De hecho, sueñan con cerrar un círculo llevando la marca a la tierra de donde vinieron sus fundadores: España. “Hemos visto que en algunas regiones hay un mercado potencial, diferente al nuestro, pero donde surgen productos similares a los que tenemos”, cierra.
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