“El stand de Uruguay fue el más visitado de Latinoamérica, con casi cuatro millones de visitantes”, subrayó Liberoff, quien destacó que esa cifra equivale a más habitantes que la propia población del país. “Era uno de los objetivos: lograr contacto directo con la sociedad japonesa y posicionar a Uruguay en Asia”, agregó en diálogo con InfoNegocios.
Liberoff explicó que en la última etapa de la participación uruguaya en Japón, un foco relevante fue el hidrógeno verde, esto a propósito de los proyectos que se encuentran en etapa de evaluación ambiental por parte del gobierno uruguayo, como la megaplanta que la empresa HIF se busca instalar en Paysandú.
En este sentido, Liberoff se reunió con representantes de Kawasaki Heavy Industries, que enviaron cuatro especialistas desde Tokio al pabellón uruguayo. “El encuentro nos permitió conocer de primera mano el nivel de desarrollo que tienen los japoneses, que están al menos diez años por delante de nosotros en cuanto a hidrógeno verde”, explicó.
Kawasaki presentó los avances de sus investigaciones y las pruebas realizadas con naves que transportaron hidrógeno desde Australia a Japón, además de los depósitos en construcción y un acuerdo de suministro con una automotriz alemana.
Ese know-how, enfatizó Liberoff, podría transformarse en cooperación técnica con Uruguay. “Ellos manifestaron interés en colaborar con América Latina y particularmente con nuestro país”, dijo. Los resultados de ese contacto ya fueron derivados al Ministerio de Industria, Energía y Minería, que continuará las conversaciones para explorar posibles áreas de trabajo conjunto.
Además de Kawasaki, Liberoff mantuvo reuniones con Hitachi, en las que se abordó la digitalización de la gestión ferroviaria y portuaria, y con KEPCO, la empresa de energía de Osaka, que mostró interés en cooperar en materia de transmisión eléctrica. “Cuando uno pone estos temas sobre la mesa, empieza a construir relaciones de largo plazo. Si no se hace, nunca se tratan”, reflexionó el miembro del gobierno.
Durante los seis meses de exposición, Uruguay tuvo en una primera etapa la promoción de exportaciones —carne, vinos, miel, lana, entre otros productos—, que tuvo su pico con la celebración del Día Nacional de Uruguay. Luego, en setiembre, Liberoff recibió en Japón al intendente de Canelones, Francisco Legnani, y a la viceministra de Turismo, Ana Claudia Caram, quienes desarrollaron actividades en torno al turismo sustentable, la gestión de residuos y la enogastronomía en distintas empresas y organizaciones gubernamentales de dentro y fuera de Osaka.
Un retorno comunicacional que superó expectativas
Más allá de los contactos institucionales y empresariales, la participación uruguaya tuvo un impacto comunicacional inédito. Según Liberoff, “el retorno de la inversión en promoción alcanzó los US$ 650.000”, cifra que surge de la valoración del espacio mediático y digital ganado en redes y prensa, tanto nacional como internacional.
La estrategia incluyó acciones en LinkedIn, con más de 1.100 contactos profesionales y 25.000 impresiones; en Instagram, donde se generaron más de 2.400 seguidores desde cero; y en X (ex Twitter), mediante la agencia BML con apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Además, se realizaron programas especiales en Televisión Nacional y TV Ciudad, junto a colaboraciones de figuras como Sergio Gorzy y materiales audiovisuales del Ministerio de Educación y Cultura.
“Fue un trabajo articulado entre organismos públicos, empresas y creadores uruguayos que nos permitió proyectar la marca país con fuerza”, explicó Liberoff. Entre los contenidos exhibidos destacan piezas audiovisuales traducidas al japonés, productos uruguayos de diseño y gastronomía, y una trivia interactiva sobre el Mundial de 1930 que captó la atención de los visitantes japoneses.
Un puente de 104 años fortalecido
Uruguay y Japón celebran 104 años de relaciones diplomáticas, y la Expo Osaka sirvió para renovar ese lazo en múltiples planos: comercial, tecnológico y cultural. “La cooperación japonesa ha sido clave para Uruguay, desde la donación de equipamiento médico hasta proyectos culturales y forestales”, recordó Liberoff.
“Uruguay llegó a Japón con tres objetivos: fortalecer la presencia del país, generar cooperación y colocar nuevos productos. Los tres se cumplieron con creces”, resumió Liberoff.
Con la mirada puesta en los proyectos energéticos y tecnológicos que se abren a partir de esta experiencia, concluyó: “La Expo Osaka nos permitió tender puentes con empresas que están en la vanguardia global. El desafío ahora es sostener ese diálogo y transformarlo en desarrollo concreto para Uruguay”.

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