En plena playa Mansa, entre Maldonado y Punta del Este, con un hermoso parque de 2.000 m2, piscina, parrillero y todas las comodidades que un residencial debe tener, La Candelaria ofrece, desde $ 80.000 a $ 120.000 por mes -según sean habitaciones compartidas o individuales-, estancias permanentes para adultos mayores, destacándose por el primer nivel de sus servicios, cuyo valor agregado está en abrir las puertas a las familias.
Según John Tyler, al frente de este emprendimiento, la idea es que los residentes “puedan vivir en este lugar no como en el final de su tiempo, sino como en el lugar en el que ellos van a poder transmitirle a sus seres queridos y sus compañeros huéspedes toda la experiencia de una vida bien vivida”.
Tyler, quien durante más de 30 años estuvo vinculado al negocio de la importación, llegó a la idea de invertir en un residencial por motivos personales, dado que un familiar suyo tuvo que vivir distintas experiencias en diversos centros y tenía bien claro qué quería para esa persona y no estaba encontrando.
“El objetivo principal de esta casa, que hasta hace no mucho tiempo era un espacio de retiros y ejercicios espirituales, es ofrecerle a los residentes una mejor calidad de vida”, sostuvo Tyler, agregando que la idea es “que caminen por el enorme jardín con sus nietos, disfruten de un almuerzo en el parrillero con sus hijos, yernos o nueras y, fundamentalmente, que sean independientes, que sientan y sepan que pueden todavía seguir ofreciéndonos lo mejor de ellos”.
La crisis sanitaria ocasionada por el coronavirus generó que el residencial La Candelaria tuviera que adaptarse rápidamente a la nueva realidad, diseñando estrictos protocolos para garantizar la salud y la seguridad de todos los residentes y sus familiares, además del equipo de profesionales y colaboradores.
La personalización de los servicios y la atención en La Candelaria es otro de sus valores agregados, ya que el centro cuenta con una capacidad exclusiva para 14 adultos. “Nuestro servicio está enfocado en ese tipo de atención, más cercana, más humana, más cálida”, sostuvo Tyler, recordando que Uruguay es uno de los países cuya población es una de las más envejecidas de la región –según datos cerca del 15% de los habitantes en Uruguay tiene 65 o más años de edad–, por lo tanto, que existan espacios para su atención es importante.
En un escenario como el del COVID-19, que puso a los “viejitos” como principales figuras para cuidar entre todos, que existe un espacio como La Candelaria para su atención –una decisión nunca sencilla para cualquier familia– es más que una buena noticia.
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Silvana Machado :
Cómo puedo obtener contacto de el residencial La Candelaria