El discurso se pone “verde” pero toneladas de basura tecnológica siguen dando vueltas

Durante el 2008, la venta de computadoras siguió creciendo al igual que lo hicieron los teléfonos celulares y demás aparatos electrónicos como reproductores de música o televisores con pantalla LCD. En la mayoría de los casos, motivados por el recambio tecnológico y el mayor poder adquisitivo de los bolsillos. Y siempre que alguien compra un aparato nuevo desecha el anterior. A esta altura un problema que los uruguayos no estamos resolviendo. Se habló de campañas de recolección de aparatos en desuso pero no es público dónde ni cómo deshacerse de ellos. En Montevideo, y nos animamos a decir que en todo el Uruguay, no existe un servicio público de recolección de “chatarra tecnológica” ni está muy clara su disposición final. Hace un tiempo se prohibió la importación de computadoras usadas pero esta medida sola, sin educación ni la difusión de cómo deshacerse de los aparatos, no sirve de mucho. Se estima que por año se desechan unas 100.000 computadoras que duermen en hogares y oficinas, fundamentalmente públicas.

Anclaflex va por el mercado de revestimiento texturado de UY (invertirá 2 millones de dólares para instalar una planta industrial)

La marca argentina Anclaflex es reconocida en nuestro país por muchos de sus productos de construcción en seco, como masillas, enduidos, impermeabilizantes y, entre otras cosas, pinturas. Ahora, con la apertura de Ancla Uruguay SAS y la instalación de una planta industrial, los materiales de la marca no solo se producirán en el país sino que apuntan a desarrollar el mercado de revestimiento texturado. Para conocer más hablamos con Juan Arocena, gerente general y socio de Ancla Uruguay SAS.