En el año 2012, la cadena de Mafalda llegaba a ocho sucursales en la capital del país. En aquel entonces, el director había dicho en una entrevista que la empresa iba creciendo a expensas de las amistades, ya que no le daba la marca a desconocidos. Así, El Observador, medio que realizó la nota, tituló “Club de amigos”. Cuatro años después, Mafalda redujo su cantidad de sucursales a la mitad. ¿Fracasó el club de amigos?
“Es claro que para que se genere un local se precisa una conjunción de factores: poder adquisitivo y densidad. No se da en todo Montevideo, por lo que hay que analizar más esos factores antes de decidir darle a un amigo para abrir un local”, explicó Gadea.
Según el director, Mafalda aprendió de sus errores, por lo que para la siguiente etapa que le espera a la empresa, apuntan a ser más profesionales. “Por eso estamos armando un centro de producción, en donde se harán todas las empanadas, y en la próxima campaña que se venga vamos a hacer hincapié en el perfil del interesado en poner una sucursal”, agregó. Es decir, puede ser un amigo de la firma, pero sí o sí tiene que tener el perfil buscado.
A fin de año o a comienzos del que viene, Mafalda realizará una campaña publicitaria fuerte con el fin de incrementar la demanda de empanadas,y de llegar a interesados tanto en Montevideo como en el interior. Ahora bien, ¿en dónde está puesto el foco para abrir nuevas sucursales, en la capital o en el resto del país? “Al director le interesa el interior, gente allegada y asesores siguen focalizándose en Montevideo”, finalizó Gadea sonriendo.
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