En una entrevista mano a mano Pablo respondió algunas preguntas sobre su experiencia CEO, aprendizajes adquiridos y también compartió algunos consejos prácticos.
¿Cuál ha sido el desafío más significativo que has enfrentado como CEO y cómo lo abordaste?
Te diría que el principal desafío fue desarrollar una adecuada dosis de inteligencia emocional que me permita decisiones en momento de alta presión y en entornos de mucha incertidumbre.
La universidad y los estudios te dan la base de pensamiento estratégico, pero luego uno tiene que complementarlo con la experiencia práctica para desarrollar un músculo de resiliencia e inteligencia emocional y no es un camino sencillo. Yo siempre pongo el ejemplo del gimnasio: quien va al gimnasio y ejercita sus músculos está haciendo un sacrificio y en el momento en que levanta pesas no la está pasando del todo bien, pero luego al mirarse en el espejo le gusta ver los resultados. Y esto es un poco parecido, uno tiene que estar dispuesto a asumir sacrificios para lograr desempeñarse de forma óptima en un cargo de alta responsabilidad.
En mi caso, como Gerente General, yo soy el último eslabón en la cadena, no tengo colegas en la misma línea jerárquica con quien poder compartir mis problemas, mis dudas, mis miedos, y te puedo asegurar que un Gerente General tiene los mismos problemas que cualquier otra persona.
Por otro lado, siempre tuve como práctica tener mentores que me guíen y que puedan compartir experiencias. También invierto mucho tiempo en desarrollar habilidades blandas que me permitan ser un líder efectivo.
¿Sacaste alguna lección clave que hayas aprendido a lo largo de tu carrera como líder empresarial?
A lo largo de mi carrera he aprendido muchas lecciones, pero una de las más significativas ha sido la importancia de la adaptabilidad. En un entorno empresarial en constante cambio, la capacidad de adaptarse rápidamente a nuevas circunstancias y desafíos es esencial para el éxito a largo plazo.
He aprendido que la resistencia al cambio puede ser un obstáculo para el crecimiento y la innovación. La capacidad de evaluar situaciones dinámicas, ajustar estrategias, y liderar a mi equipo a través de transiciones ha sido fundamental. La adaptabilidad no solo se trata de reaccionar a desafíos inesperados, sino también de anticipar y prepararse proactivamente para los cambios que puedan surgir en el horizonte.
Además, aprendí a valorar la importancia de construir y mantener relaciones sólidas con el equipo y los stakeholders. La colaboración y la comunicación abierta son fundamentales para enfrentar desafíos de manera efectiva y lograr los objetivos comunes.
¿Qué consejo le darías a emprendedores que están comenzando en la industria, basado en tu propia experiencia?
Yo vivo bajo la lógica del eterno aprendiz, constantemente buscando salir de mi zona de confort. Si no te equivocas, si no te cuesta o si no te sentís desafiado estás arriesgando poco.
Como en el tenis, los que ganan son los que juegan al fleje y no los que sacan al medio. Por eso el principal consejo sería que puedan aprender a tomar riesgos calculados y a desafiarse constantemente. El miedo y el temor es algo que todos tenemos, pero una vez uno atraviesa esa pantalla del miedo a una situación, entonces uno deja de tenerle miedo a esa situación. Ejemplo: la primera vez que tuve que pararme delante de 400 personas a presentar la estrategia del negocio me morí de miedo. Hoy, luego de haberlo hecho decenas de veces, disfruto el momento.
¿Cuál consideras que es la clave del éxito en el liderazgo empresarial?
Las personas buscan líderes que sean empáticos, cercanos y que sean auténticos y que conecten con todas las áreas de la operación. Esto es especialmente crítico cuando uno lidera una operación de frontline (gente que no tiene la misma preparación académica que uno). Antiguamente se tenía la idea de que el gerente tenía que tener las respuestas a todas las interrogantes de la empresa. Yo te puedo asegurar que no tengo la respuesta a todo lo que se presenta en la organización y que confío mucho en mis equipos para delegar en ellos la toma de decisiones. Y ante un fallo o un error soy el primero en respaldarlos.
Esto hace que se generen compromisos entre las personas, y el compromiso es lo que lleva a lograr equipos de alto desempeño.
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