El Grupo CIR, conglomerado industrial uruguayo con más de 800 colaboradores y una facturación anual superior a los USD 140 millones, acaba de concretar un proyecto que lo coloca en la primera línea regional: la fabricación y exportación de la torre de destilación atmosférica más grande construida en la historia del país.
La estructura —de 60 metros de alto, más de 5 metros de diámetro y 350 toneladas de peso— fue desarrollada íntegramente en la planta de Montevideo y enviada a una de las principales refinerías de Argentina. El proyecto insumió más de 100.000 horas de trabajo, ocupó 7.000 m² de planta y requirió materiales especiales importados de Austria, Alemania y Chile, como aceros al carbono y aleaciones Clad SS410S y Hastelloy C276.
Un desafío técnico y logístico sin precedentes
Rodrigo Del Campo, gerente general de la división de Industria y Energía de CIR, explicó a InfoNegocios que el contrato se firmó hace dos años y medio y que los primeros diez meses se destinaron a la ingeniería y compra de materiales. “Originalmente el diseño preveía que la torre se fabricara en dos partes, pero se resolvió hacerlo en una única pieza, lo que significó enormes beneficios: el cliente recibe el producto terminado y certificado, sin necesidad de montajes adicionales”, señaló.
La torre cuenta con certificación ASME, emitida por la Sociedad Americana de Ingenieros Mecánicos, que CIR mantiene vigente desde 1999. Esto asegura que el proceso cumplió con los estándares internacionales más exigentes y habilita su exportación como producto terminado.
El traslado desde la planta hasta el Puerto de Montevideo fue otro capítulo complejo. Si bien la logística estuvo a cargo de la empresa argentina contratante, CIR acompañó de cerca todo el proceso. “Se trató de un desafío enorme que requirió remover cartelería, semáforos, líneas de corriente, adaptar cordones y rotondas. El trayecto fue a paso de hombre, en algunos tramos incluso a contramano, y con la validación del MTOP y de la Intendencia”, relató Del Campo.
El ejecutivo evitó dar cifras exactas por cláusulas de confidencialidad, pero indicó que el valor del proyecto se ubica en “varios millones de dólares, largamente arriba de los 10 millones de dólares”
Para CIR, este logro no implica abrir una nueva unidad de negocio, sino consolidar su posición en el sector de petróleo y gas. “Nos pone en un nuevo escalón de consideración regional, porque demuestra que estamos capacitados para producir uno de los equipos más complejos de una refinería, tanto por volumen y peso como por la complejidad técnica de los materiales e internos”, aseguró Del Campo.
La torre es central en el proceso de refinación de crudo: permite separar el petróleo en distintas fracciones que luego se convierten en productos de consumo cotidiano, desde gas de garrafa hasta naftas, kerosene, gasoil y fuel oil.
El gerente general destacó la satisfacción del equipo por haber cumplido el contrato en tiempo y forma y por el aprendizaje que deja un proyecto de esta envergadura. “Esto nos impulsa a animarnos a proyectos de gran magnitud en la región, porque quedó demostrado que tenemos la capacidad de llevarlos adelante”, concluyó.
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