Luis Battilana es director general de Baufest México y de servicios para la industria financiera de Baufest Latam, el experto señaló el momento de “reinvención del ecosistema financiero impulsado por varios factores, entre ellos la pandemia por COVID, que modificó la interacción entre las personas y las instituciones lo cual motivó a la utilización de la banca en línea y pagos sin contacto”.
Desde este punto de vista, las aplicaciones móviles cobraron una relevancia que hasta dicho momento no tenían, y según Battilana impulsan a la bancarización de más personas y una consiguiente transformación de la sociedad en la cual se deje de depender del efectivo. Así es que la instalación de aplicaciones que habilitan pagos móviles en Latinoamérica aumentó un 80% en los primeros meses de la pandemia, lo cual habilitó que 40 millones de usuarios crearán cuentas y que la población sin acceso a servicios financieros se redujera 73% en Brasil, 18% en México y 8% en Colombia, de acuerdo con el estudio Fintech App Marketing Insights, de AppsFlyer. Esto se suma a la adopción de teléfonos inteligentes que aumentó en más de un 80%, lo cual genera oportunidades para que las billeteras digitales se canalicen a través de estos dispositivos y “sigan siendo un producto rentable para las entidades financieras, al mismo tiempo que ayudan a resolver una deuda pendiente con los sectores menos favorecidos que no han accedido a cuentas de ahorros, créditos y seguros, entre otros servicios”, según el director general de Baufest México.
Visto así, en palabras de Battilana, es necesario tener en cuenta que billeteras digitales son uno de los instrumentos que “nos encaminan a dejar el uso de dinero en efectivo, una tendencia que cobra mayor fuerza a medida que crece el comercio de activos criptográficos y que hoy está llevando a los bancos centrales a emitir CBDC (acrónimo en inglés para monedas digitales de banco central), estos activos digitales, que tienen paridad con la moneda en curso legal, sobresalen por que pueden reducir las ineficiencias de la impresión y el movimiento de dinero, disminuyendo los costos actuales de administración de efectivo físico, que alcanzan hasta 1.5% del Producto Interno Bruto (PIB) de un país”.
Por otra parte, Battilana señaló que si bien el uso de las CBDC en transacciones diarias se “mantiene en una fase temprana”, la tendencia indica que su adopción se generalizará rápidamente como parte de la reinvención del sector financiero a nivel mundial en la que se vive hoy. Para el director general, es un proceso largo, pero “en la región avanzamos a pasos firmes en este proceso de transición que en unos años nos convertirá en una sociedad moderna, consciente e inclusiva, en la que no será necesario el uso del dinero en efectivo”.
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