Puto el que lee esto

(Por Flavio Olivier) “Nunca encontré una frase mejor para comenzar un relato. Nunca, lo juro por mi madre que se caiga muerta. Y no la escribió Joyce, ni Faulkner, ni Jean-Paul Sartre, ni Tennessee Williams, ni el pelotudo de Góngora. Lo leí en un baño público en una estación de servicio de la ruta...”; el texto le pertenece al humorista y escritor Roberto Fontanarrosa y nos viene como anillo al dedo para una columna que tenés que leer...

 

Entiendo que esta sección es de moda, pero soy de los que gusta contar historias, un recopilador, alguien que relata cosas propias y ajenas; y en rigor de verdad, utilizo este espacio como excusa para llevar mi interés adelante… si además de entretenerte sumo algo positivo a tu imagen y estética, ¡magnífico!, mato dos pájaros de un tiro.

“Puto el que lee esto” me transporta inmediatamente a tiempos de mi adolescencia, hace treinta años era el graffiti más popular utilizado en las paredes de los espacios públicos, me veo en el baño del primer piso de la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano mintiendo la última aventura sexual del fin de semana y compartiendo el único parisiennes entre cinco, mis amigos del alma… hoy me apropio de la idea del “Negro” Fontanarrosa tal cual la explica, y la utilizo como estrategia persiguiendo el mismo fin: pegarte un patadón en los huevos que te quite el aliento y te paralice para que ya no puedas abandonar lo que estás leyendo; desafiarte, comprometerte y estimularte a participar con tus comentarios porque si no aumentan las lecturas en esta sección lo más probable es que la levanten (je).

La historia ya fue, vamos con lo otro… en las ediciones anteriores hemos hablado del placard (nada podemos hacer si no conocemos y ordenamos lo disponible), hemos tratado los distintos tipos corporales (que y como ocultar/destacar), las reglas para resaltar nuestro rostro (elegir correctamente los colores) y también los “errores fatales” a la hora de vestir un traje (ser “La Bestia”)… bien, hoy doblamos la apuesta y le ponemos magia al asunto para resolver lo que parece imposible: combinar rayas, cuadros y círculos en nuestra vestimenta formal.

En la fotogalería vas a encontrar los principios que definen el “arte de mezclar diseños” y los ilustro con algunos ejemplos, espero que te animen a probar.

¡Salud! y nos vemos en la próxima.

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