Estamos viviendo tiempos de cambio en todos los niveles, y las organizaciones no son una excepción. En un estudio reciente de IBM sobre el uso de la inteligencia artificial entre los empleados, el 87% de los líderes empresariales informó que al menos una cuarta parte de la fuerza laboral necesitará capacitación en IA generativa y automatización.
También coincidieron en que el desarrollo de la IA es una prioridad. No solo necesitan educarse para que su organización obtenga el mayor potencial, sino que también deben liderar a sus equipos internamente. La energía dedicada a las nuevas implementaciones tecnológicas para automatizar procesos rutinarios y aumentar la productividad debe ser igual a la que se destina a fomentar una cultura de reskilling continua.
Además, debemos considerar a la Generación Z, que ha llegado recientemente al mercado laboral y trae sus propias características, generando desafíos para los líderes. En primer lugar, los jóvenes trabajadores están más dispuestos a cambiar de trabajo. No por falta de compromiso, sino porque el 80% busca dedicar su tiempo a algo alineado con sus intereses y valores, una prioridad que era menos común entre los baby boomers (47%), según el LinkedIn Workforce Confidence Index 2022.
En segundo lugar, la Generación Z cree en una cultura organizacional más horizontal, donde los cargos por sí solos no son suficientes para persuadir a los demás, y la autoridad la reconocen a través de las acciones. Seguramente sea el momento más difícil de la historia para liderar un equipo dentro de una organización. Muchas personas se resisten a llevarlo adelante. Un sentimiento común es: “No nací para ser líder”. Y tienen razón: nadie nace siendo líder; el liderazgo se aprende a lo largo del camino a través de la experiencia, las relaciones, la metodología y el estudio.
También hay quienes no quieren asumir la responsabilidad porque sienten que no pueden con todo. Y otra vez están en lo cierto, pero eso no es un problema. Vivimos la era de la colaboración, donde formar equipos idóneos es la clave del éxito. Las herramientas tecnológicas pueden integrarse como asistentes. El todo siempre es mayor que la suma de sus partes.
De todas maneras, sí hay algo que un líder debe tener claro: el propósito. Primero para sí mismo y luego para el resto del equipo. El autor inglés Simon Sinek destacó esto en su explicación del Golden Circle. Existe el qué y el cómo, pero en el centro está el por qué: las razones que explican y justifican todas las acciones.
El propósito es fundamental en estos tiempos en los que la tecnología puede reinventar muchas industrias, y las operaciones de una empresa pueden cambiar por completo. Lo que permanece constante es la esencia.
Podemos tomar el ejemplo de Gwyneth Paltrow, con quien tuve el privilegio de hablar hace unos días. Su reinvención no fue solo de actriz a empresaria, sino también de crear un boletín informativo a liderar una empresa que hoy es una voz reconocida en bienestar y estilo de vida, con iniciativas que van desde la venta de cosméticos hasta la investigación en terapias alternativas.
Cuando comenzó, no estaba segura de adónde llegaría Goop, y admite que tenía miedos al principio, pero conocía su propósito: promover un estilo de vida saludable, positivo y sin fronteras. Comenzó sola en su cocina, y con un equipo, construyó la empresa que es hoy.
En tiempos difíciles para el liderazgo, la reinvención no debe verse como una amenaza, sino como una fuerza impulsora para mejorar procesos y lograr el propósito deseado.
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