Crisis de contenedores: Así le pega a Uruguay

(Por Antonella Echenique) Importar en Uruguay desde cualquier país puede parecer atractivo, pero en realidad no lo es debido a los altos costos involucrados. En esta nota, te mostramos un ejemplo de importación de artículos del hogar desde China a Uruguay, con un valor de facturación total de 10.000 dólares, donde se desglosan los costos de impuestos y logística.

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La importación de artículos de decoración del hogar desde China se evidenció en el paulatino interés de la decoración pospandemia. Esta nota, tiene como objetivo demostrar el proceso logístico que implica traer mercadería a Montevideo,Uruguay desde Shanghai, China, incluyendo costos y procedimientos involucrados en la importación de un contenedor, basándonos en información brindada por la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay (CNCS) y en entrevistas con expertos en el sector.

Cabe destacar que el ejemplo que brindamos a continuación es una muestra ilustrativa de algunos productos. Para entender un poco más, al momento de importar mercadería, estas se clasifican a través de un código arancelario, para que después pueda ser liquidada la tributación aduanera. En Uruguay se categorizan según la Nomenclatura Común del Mercosur (NCM), la cual es un sistema que permite individualizar y clasificar a las mercaderías comerciadas entres los Estados Parte del Mercosur y entre estos y el resto del mundo. La NCM está basada en el Sistema Armonizado de Designación y Codificación de Mercaderías. (fuente acá).

Desde la CNCS considera importante destacar que importar productos en Uruguay es costoso, no solo por los fletes, sino por los múltiples costos asociados al proceso. “En el caso de los artículos del hogar, estos costos son menores en comparación con otros productos como juguetes o electrodomésticos, que requieren más controles y exigencias”, afirmaron. 

A modo de ejemplo te mostramos algunos productos, donde sus partidas arancelarias (NCM) utilizadas y sus respectivas tasas globales arancelarias (TGA), para cada caso, tienen un valor ad valorem de su valor en factura:

(NCM) 3926.40.00.00 - Estatuillas y artículos de adorno, de plástico - TGA = (Recargo + Imaduni) 16,2%

(NCM) 6912.00.00.10 - Vajilla o artículos de cerámica para el servicio de mesa - TGA = 18%

(NCM) 7013.99.00.00 - Artículos de vidrio de tocador, oficina o adorno - TGA = 16,2%

(NCM) 3406.00.00.00 - Velas y artículos similares - TGA = 14,4%

Para representar el proceso de importación, consideremos un CIF (Costo, Seguro y Flete) de 10.000 dólares para artículos de decoración. 

Si traemos por ese monto total un contenedor de Shanghai, China a Montevideo, Uruguay, tenemos que tener en cuenta también los impuestos adicionales que tiene cada producto. Es decir, además del impuesto TGA, cada producto (al ser distinto) tiene impuestos adicionales. 

En este caso, vamos a tomar como ejemplo la primera mercadería de código 3926.40.00.00 sobre el CIF de 10.000 dólares, que incluye costo de producto, seguro 0.5% y flete.

  • Recargo (10%): 1.000 dólares

  • Imaduni (6,20%): 620 dólares

  • Extraordinario: 108 dólares

  • T.S.A: 20 dólares

  • I.V.A (22%): 2.556,40 dólares

  • Anticipo IVA (10%): 1.162 dólares

  • Anticipo IRAE (4%): 464,80 dólares

  • Tasa Consular (5%): 500 dólares

  • Guía de tránsito: 9,23 dólares

  • Timbre electrónico: 6,07 dólares

  • Certificados VUCE: 0 dólares

  • Tasa escáner: 12,61 dólares

Así, se debería calcular para cada uno de los productos que se mencionan al principio, teniendo en cuenta, que la facturación total ejemplificada es de 10.000 dólares.

Aunque tengan costos arancelarios, TGA y extras, en líneas generales, este tipo de artículos no requiere la intervención de otras entidades que certifiquen o controlen el ingreso al país, como el MSP, MGAP o MIEM, a menos que se trate de productos como maderas sin tratar, que pueden requerir controles fitosanitarios. En ese sentido, el impuesto basado en el valor del producto (advalorem) y sus procesos se mantienen para estas partidas que no requieren mayores controles de agencias estatales y/o organismos especializados en destino.

Además, de los impuestos arancelarios y extras, se debe sumar los costos logísticos que implica traer un contenedor desde Shanghai a Montevideo. 

Flete: 6.200 dólares

Gastos locales de agencia: 710 dólares

Gastos de terminal de puerto en Montevideo: entre 500 y 580 dólares

Devolución del contenedor vacío: aproximadamente 200 dólares

Seguro de la mercadería: 0,3% del valor de la factura

Despachante de Aduana: 1% del valor CIF de la factura

Aranceles: entre 16% y 20% según la mercadería

En ese orden, tenes una facturación total de 10.000 dólares, a eso se suma los impuestos arancelarios de cada producto y los impuestos extras según que tipo de mercadería sea. Por último, se suma los costos logísticos mencionados anteriormente. 

En ese contexto, InfoNegocios conversó con Ana Laura Fernández, asesora económica de la CNCS, quien señaló que el proceso de importación es más simple para estos productos ya que no requieren certificaciones adicionales de otros ministerios. Sin embargo, enfatizó sobre la importancia de conocer todos los costos asociados antes de emprender un negocio de importación.

Otro tema importante es el fraude, especialmente cuando se trata de compras en China. “Mucha personas quieren iniciar negocios comprando desde aquí sin haber visto el producto. En esos casos, existen empresas que acompañan a los emprendedores en la búsqueda de proveedores confiables, asegurándose de que lo que compran sea lo que reciban. Estos intermediarios cobran por sus servicios, pero garantizan que la compra sea segura. El fraude es un problema que afecta tanto a empresas pequeñas como grandes, y una vez que la mercadería es embarcada y llega al país, no hay marcha atrás”, detalló Fernández.

Por otro lado, el Lic. Mateo Fagúndez Estevez, Departamento de Negocios Internacionales de CNCS, destacó que “a pesar de que los costos de los contenedores aumentaron, seguir importando desde China es más rentable que realizarlo desde otros países, gracias a la competitividad de los precios de origen”.

Por otro lado, Andrés Gregorini, CEO de Grupo Unilam, comentó que después de la pandemia hubo un crecimiento en el interés de la decoración del hogar, impulsado por el teletrabajo y la revalorización de los espacios personales. Este cambio en el comportamiento del consumidor llevó a una mayor disposición de artículos de decoración. “A pesar de que no se observa un boom en la importación de estos productos, sí existe una tendencia positiva en el consumo”, afirmó Gregorini. 

Por último Ana Laura, recomendó que las empresas importadoras comiencen con procesos de compra pequeños o regionales antes de ingresar al mercado internacional. En este contexto, el uso de intermediarios puede ser beneficioso para validar la confiabilidad del proveedor y asegurar que la mercancía sea la acordada. Además, “en Uruguay, la intervención de un despachante de aduana es esencial para gestionar el proceso de importación y cumplir con los requisitos legales, incluyendo las normativas de etiquetado y otros controles específicos que pueden variar según el departamento. Conocer estas normativas es fundamental para evitar inconvenientes en la comercialización de los productos”, remarcó.

Este análisis se presenta como un ejemplo informativo brindado por CNCS y se recomienda a los empresarios que realicen un estudio más profundo sobre los costos y regulaciones específicas antes de iniciar el proceso de importación.

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