Para la primera edición, de 2015 a 2016, la medida apostó a la renuncia de US$1,5 millones en facturación de UTE, que se suma a 1,2 millones de dólares adicionales que le costó a UTE proveer de la energía que las empresas electrointensivas requirieron. Este costo de US$2,7 millones de apoyo resultó en mayor producción industrial, unos US$11 millones extra por su valor bruto de producción, que también se tradujeron en puestos de empleo, facturación, impuestos y derrame sobre la economía nacional, aseguró la ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse, según recogió la página de Presidencia. “Fue una medida ganadora para el Estado”, agregó.
El objetivo para este año es que 100 empresas del rubro químico, farmacéutico y metalúrgico para las que la energía represente entre un 15 % y 20 % de sus costos se sumen a la iniciativa. Si las empresas aumentan un 50 % su producción, el beneficio será del 25 %; si aumentan menos, su producción igualmente recibirá beneficios en las tarifas. Cosse aclaró que estas medidas implican un seguimiento muy cercano desde el Ministerio de Industria, Energía y Minería y que ya se realizó una reunión con las potenciales empresas para aplicar a este beneficio.
Según informó, esta medida se aplica con éxito sobre los tambos más pequeños, al igual que en 2016. Este año se agregó al plan una extensión de dos horas de la tarifa doble horario para facilitar y respetar el ordeñe en los establecimientos más chicos. Cosse recordó que ambas medidas son parte de una exhortación que el Poder Ejecutivo realiza a UTE para considerarlo, y quien toma la medida es UTE porque es una empresa autónoma.
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