Según informó la compañía, que reunía varias de las marcas más emblemáticas del surf, skate y snowboard, adaptarse a los nuevos hábitos de consumo y a la competencia de las plataformas digitales no fue posible y llegan a una situación límite.
Más allá de esto y pese a la quiebra, algunas marcas quizá continúen bajo licencias de nuevos operadores, como por ejemplo Roxy y RVCA, mientras páginas web como la de Billabong siguen operativas con rebajas de hasta el 60% para liquidar stock.
Según analistas, esta caída tendrá un efecto dominó en el patrocinio deportivo, el empleo minorista y las cadenas de suministro.
La bancarrota de Liberated Brands no solo provoca el cierre definitivo de más de 100 tiendas de Quiksilver, Billabong y Volcom en Estados Unidos, sino que deja a 1.400 empleados sin trabajo.