... de $900 y $1.500 al mes en boletos, para ir a trabajar y/o estudiar. Pagamos uno de los boletos más caros de América Latina y el sistema de transporte colectivo no funciona tan bien como debería”, explicó Carlos Bruno, integrante del proyecto.
El proyecto surgió en mayo de 2013 y desde el momento se han liberado aproximadamente 60 “chivas”. El objetivo inicial era que las personas puedan obtener una bicicleta liberada de forma gratuita, para mientras tanto ahorrar el dinero que gastaba a diario en el bus, poder comprar la suya propia y volver a liberarla. Pero la realidad fue otra: “Sólo se han devuelto 4 o 5 bicicletas, esto no nos preocupa, la gente las hace propias, pero hace que el proyecto vaya mutando. Las intenciones que teníamos no se cumplen pero nacen otras”, explicó Carlos.
La gente de “Libera tu bici” se junta todos los sábados en una terraza ubicada en Alarcón 1392 (cerca de Rivera y Soca) y allí reciclan y re construyen viejas bicicletas. “Además hay gente que va a autorreparar sus propias bicis o pedirnos ayuda, esto no estaba previsto y nos gusta generar ese espacio, aunque no seamos mecánicos profesionales de bicis”, apuntó Carlos. Esta gente no para y hay proyectos a futuro como el denominado “Subite a tu bicicleta” que buscar motivar a aquellos que sí tienen bicis a que las usen y no sólo como modo recreativo. “Encontramos que la principal traba es el miedo de andar en la calle y por eso, con este movimiento, queremos darle tips a las personas para que se animen y se suban a sus bicis”, explicó Carlos.
Algunos de los tips son:
- Moverse como un vehículo más, porque el “ciclista” tiene los mismos derechos que cualquier auto.
- Ser previsible, indicar cada movimiento: cuando se para, se dobla, etc. Y estar bien señalizados: luces, reflectores, etc.
- Respetar las normas de tránsito
- Cuidados en algunos puntos especiales dónde las bicis son más vulnerables: bocacalles, giros, etc.
Atrás de toda esta movida no hay fines económicos. “Somos románticos, tenemos una pasión por la bici y queremos tratar de transmitirlo”, reflexionó Carlos. Además hay fines racionales y Carlos explica que cuántos más ciclistas seamos en la calle es más seguro para todos. “Si soy el único que va por Av. Italia corro riesgos aunque tenga puesto el traje contra el ébola, pero si somos 10 ciclistas nos transformamos en un actor más y con ello conseguiremos más seguridad, menos ruido, menos gastos y una ciudad más saludable”, expresó Carlos.