Los datos de julio de 2021 de la Asociación del Comercio Automotor del Uruguay (ACAU) indudablemente son superiores a los del mismo mes del año pasado, pero su análisis interanual -como ya lo hemos señalado en meses anteriores desde InfoNegocios- puede resultar muy engañoso, ya que son cifras que marcan crecimientos de casi 300%. El punto interesante para observar -que el sector automotriz debe analizar con detenimiento- es el de repetir por tercer mes consecutivo una facturación a la baja, ya que en mayo se alcanzó un total de 4.654 unidades vendidas, en junio 4.379 y en julio 4.034 0km facturados.
Según los datos de estadística de ACAU -que reúne a poco más de 20 empresas importadoras de 50 marcas de automóviles, representando en conjunto el 90% del mercado nacional-, el total de 0km facturados en julio se compone de la siguiente manera: de las 4.034 unidades, 1.386 corresponden a automóviles, 812 a vehículos utilitarios deportivos (conocidos en el mercado como SUV), 26 a minibuses, 1.503 a utilitarios y 307 a camiones.
A simple vista se destaca que el segmento de mayor participación en julio fue el de utilitarios, que según ACAU “está asociado a múltiples factores: los proyectos de inversión y una gran actividad de los sectores vinculados al agro son los principales”. La marca que lideró el segmento fue, con muy amplia diferencia, Fiat, que sumó 698 unidades, seguida por Renault y Volkswagen con 170 y 144 unidades facturadas, respectivamente.
En cuanto al resto de las estadísticas de facturación, las marcas que lideran el podio de ganadores en el séptimo mes del año fueron, en la categoría automóviles de pasajeros, Suzuki, Hyundai y Volkswagen con 252, 243 y 199 unidades facturadas, respectivamente.
Para la gama de autos SUV, dentro de las 812 unidades facturadas, el primer lugar del podio lo ocupa Volkswagen, seguido por Renault y luego por Peugeot, con 161, 114 y 70 unidades, respectivamente.
En suma, en julio el sector automotriz volvió a desacelerar la velocidad en la venta de 0km, posiblemente por efecto de que algunas inversiones o vuelcos de capital estén dirigiéndose hacia otros sectores relegados por la pandemia, como el turismo, los viajes o los inmuebles.