El primer co-living se instaló en la zona del Cordón y al cabo de unos años su creador, Daniel Rotkier, desarrolló una red en zonas de Montevideo como Centro, Ciudad Vieja y Punta Carretas “con un crecimiento de 300% en 4 años”, según contó a InfoNegocios. “El co-living es un modelo de negocios muy común en otros países pero que aún no estaba desarrollado en Uruguay”.
Así, hasta enero de este año, las residencias estaban ocupadas por un 70% de extranjeros y un 30% de uruguayos. Sin embargo, con la llegada de la crisis sanitaria, el cierre de fronteras y la salida de extranjeros, la mezcla pasó a ser de 10% de extranjeros y el restante de ocupantes uruguayos.
“Hoy en día y ante esta nueva normalidad enfrentamos una nueva realidad en el que la vida en comunidad y los espacios compartidos se deben repensar, rediseñar y readaptar”, explicó Rotkier.
Por ello, según contó, sus planes actuales son reconvertir los espacios en monoambientes independientes y funcionar de tal forma que las as áreas comunes se usen con agenda mediante una aplicación o algo que ordene y organice su uso de a pocas personas. “Quizás después volvamos al co-living pero esto es en definitiva lo que están haciendo todos los clubes, edificios con áreas comunes, etc”.
“Es el nuevo formato que se nos impone ante esta nueva realidad”, agregó.