El paso del tiempo es inexorable. Por esa razón, una de las principales preocupaciones del ser humano está relacionada con la búsqueda de diferentes técnicas para detener o revertir las huellas que dejan los años en el cuerpo. En este escenario, la ciencia ha descubierto fórmulas para envejecer de la mejor manera y una de ellas está basada en la genética.
El proceso del envejecimiento es bastante complejo. Relacionamos con él varios factores, como los radicales libres, la hiperglucemia, la esperanza de vida de nuestras células, entre otros. Sin embargo, una de las hipótesis que más atención recibe es sobre la influencia de los telómeros y su acortamiento durante la vida.
“Los telómeros son secuencias repetitivas del ADN ubicadas en los extremos de los cromosomas que no tienen función codificadora, o sea, no producen proteínas. Su principal objetivo es proteger el ADN de la degradación cada vez que él se replica. Son esenciales para mantener intacta la parte codificante, que produce las proteínas necesarias para nuestro metabolismo”, explicó Ricardo Di Lazzaro, fundador y co CEO de Genera, el primer laboratorio de genómica personal de América Latina.
Cada vez que la célula se divide, las proteínas vinculadas a la duplicación del material genético se unen en la punta de las moléculas de ADN y “copian” la secuencia. El problema es que siempre que las proteínas se unen, una parte de la punta del ADN es ignorado y no pasa a la próxima generación de células. Al cumplir su función protectora, el telómero acaba sufriendo un acortamiento.
La longitud de esos fragmentos de ADN está directamente relacionada con la velocidad con la que envejecemos y con la etapa de la vida en la que estamos. Todo esto influye en nuestros hábitos y estilo de vida.
Cuando los telómeros de una célula se vuelven demasiado cortos, la célula se torna inactiva y comienza a acumular daños en su ADN o muere. Esa célula tiene más probabilidad de presentar mutaciones que la llevan a un crecimiento descontrolado. Si los mecanismos de reparación del ADN no son activados, la mutación puede convertirse en un cáncer.
A su vez, existen estudios que relacionan el acortamiento de los telómeros con una mayor incidencia de enfermedad coronaria, más riesgo de mortalidad en individuos con hipertensión o enfermedades infecciosas, entre otras.
Si bien este fenómeno ocurre inevitablemente, se ha comprobado que el estilo de vida de cada persona influye directamente en la velocidad de acortamiento de los telómeros. El tabaquismo, el sedentarismo, la obesidad, el estrés y una alimentación desequilibrada son factores que aceleran este proceso, mientras que hábitos como comer menos, practicar actividad física, evitar el estrés y una alimentación balanceada, han demostrado ser efectivos en retrasar el acortamiento de los telómeros y en reducir la incidencia de cáncer.
Paralelamente, el estudio de la genética permite saber en detalle en qué estado se encuentran los telómeros de cada individuo y cómo el estilo de vida que lleva influye sobre ellos. Desde este descubrimiento, miles de personas en todo el mundo han optado por realizarse test de ADN para contar con elementos precisos que permitan planificar una vida más larga y de calidad.
En Uruguay, el laboratorio Genera cuenta con pruebas de salud, que incluyen el control de los telómeros, además de un completo mapeo genético de enfermedades. Esta semana, durante el evento de Dark Genera, se podrán adquirir los paquetes Standard y Completo con un 40% de descuento. Para conocer más sobre sobre el pasado y el futuro a través de los mapeos genéticos se puede ingresa a: genera.com.uy