¿Hoy el servicio es más para eventos o familias que deciden materializar momentos?
Para las familias seguro, aunque también hacemos para algunas empresas por ejemplo cuando algún gerente o director se retira, hemos hecho para IBM, Mercedes Benz, Summum. Lo que se hace es recopilar fotos históricas de la empresa, se diagrama y luego se deja lugar para que cada uno escriba lo que desea. Generalmente la entrega de fotolibro es el broche de oro para la celebración o reunión que se haga.
¿Cómo funciona y cuánto cuesta?
Nosotros somos diseñadores, pedimos los materiales que quieran poner de lo que sea, un fotolibro cuenta una historia, nos señalan el orden en el que desean los contenidos y nosotros lo diagramamos. Arranca en el entorno de los US$ 100.
Nos han llamado de muchos países tanto para encargarnos trabajos como para vendernos insumos; México, China, Inglaterra, Suiza, España, India. Los que tienen el mejor software del mundo para armar fotolibros, nos comentaron que hay una tasa de no concreción del proyecto del 70%, es decir que 7 de cada 10 que comienzan un fotolibro para ellos, no lo terminan. Sabemos que somos más caros que el resto de competidores, sin embargo damos un trabajo finalizado, diseñamos.
¿Cuál es el futuro de este negocio?
Yo creo que tiene mucho para crecer, hoy en día sacamos miles de fotos; ¿cuántas veces volviste a mirar las fotos en tu teléfono para disfrutarlas?
Las redes sociales te achican las fotos, lo cual implica que se reduce la calidad. Cuando se imprimen las fotos, se tiene un momento de reunión, de recuerdos, se conecta desde un lugar más íntimo, lo mismo con los viajes que tienen tres momentos: cuando lo planificás, cuando lo realizás y cuando lo recordás.