Lavender nació en el 1996 cuando Maureen Cummins instaló un vivero en Carrasco junto a su marido. “Fuimos creciendo porque vimos el perfil de lo que nuestro público buscaba: quería buena calidad de plantas e información de cada una de ellas. A los rosales le pusimos nombre e información de cada uno. La rosa fue de entrada un éxito, fue el producto que nos dio fama rápidamente”, dijo Maureen a InfoNegocios.
Al igual que con la ropa, en el rubro de la jardinería hay modas. Según Maureen, los clientes están buscando plantas con un estilo natural, que sean sustentables y que no den trabajo. “Esa es la tendencia. La gente no quiere trabajar tanto o no tiene tiempo para dedicarle a sus plantas, entonces prefiere ese tipo de productos”, comentó.
En el 2009 un salón de té se sumó a la propuesta de Lavender y Lucía García comenzó a trabajarlo. “Los dos negocios trabajan de forma pareja. Se retroalimentan. Uno viene a tomar un café y luego se entusiasma con comprar una planta o viceversa”, dijo Lucía a InfoNegocios.
Luego del éxito experimentado por Lavender Tea Room, se instalaron otros locales de similares características. Para Lucía que haya competencia es positivo porque las motiva a seguir mejorando y las mantiene alerta, por más que no están pendientes de los competidores.
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