Banco Itaú Uruguay sumará una cartera de más de 15 mil clientes de cuentas bancarias (cuentas corrientes, cajas de ahorro, plazo fijo), más de US$ 60 millones en activos brutos, incluyendo la cartera de tarjetas de crédito emitida por Citi Uruguay bajo los sellos Visa, MasterCard y Diners. También comprende los débitos de los seguros asociados a las tarjetas mencionadas; préstamos personales e hipotecas, más US$ 265 millones en depósitos, y las sucursales de Carrasco y Punta Carretas. Al día de hoy (sin contar la absorción del Citi), Itaú tiene unos 250 mil clientes, 23 sucursales y 572 empleados. Al 31 de mayo tenía activos por US$ 3.250 millones y administraba ahorros de sus clientes por US$ 7.032 millones, incluyendo depósitos locales y custodias. Horacio Vilaró, gerente general de Itaú Uruguay, resaltó la voluntad de crecimiento de Itaú en Uruguay basada en el buen clima de negocios imperante y en la confianza que se tiene en la plaza financiera local. “Todos estos años hemos crecido orgánicamente, lo que nos permitió alcanzar el segundo puesto entre los bancos privados, y un rol importante como emisor de tarjetas de crédito. Con esta adquisición reforzamos aún más ese posicionamiento. Estamos muy entusiasmados con poder brindar nuestros servicios a esta nueva cartera de clientes, y apostamos a que ellos nos ratifiquen como su banco principal”.
Y con esta operación, el Citi se achica pero no se va. Daniel Varese, director general de Citi Uruguay reafirmó el compromiso del banco con el país, donde ya cuenta con 98 años de presencia ininterrumpida. En la nueva etapa van a concentrar sus operaciones en el negocio de Banca Corporativa “para continuar fortaleciendo nuestra posición y reforzar el compromiso de ofrecer servicios de primer nivel en aquellos segmentos donde podemos aportar el mayor valor, apoyados en la red global única de Citi”. La movida se empezó a gestar luego de que en diciembre pasado, el Citi anunciara un plan global para desprenderse de sus operaciones de banca minorista en mercados donde, por su escala, no lograba consolidar “retornos significativos”. Eso implicaba vender o reducir significativamente el segmento de banca consumo del banco en Paquistán, Paraguay, Rumania, Turquía y Uruguay.
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