No solo 2010 fue año récord en ventas de 0 km (y usados) y se batieron todos los pronósticos –aún los más optimistas-, sino que Enero comenzó también con el pie derecho, augurando un nuevo “año récord”, lo que seguramente sucederá, de no haber cambios drásticos en la vida política y económica del Mercosur.
Y más allá de las saludables expectativas de ventas y producción de vehículos, también será –este 2011- un año muy prolífico en cuanto a novedades se refiere. Muchas para repetirlas en esta primera nota de bienvenida, pero que iremos refrescando y ampliando con datos más precisos a medida que vayan acercándose.
En este nuevo ciclo seguirán las pruebas. Estamos testeando el nuevo Fiat Uno, y esperando varios modelos prometidos por las concesionarias, para transmitirles nuestras impresiones a bordo.
La compra de un auto siempre fue –y será- una cuestión subjetiva y, en la mayoría de las cosas, dirigida por la pasión, mucho más que por la razón. He conocido fanáticos de los guarismos, analizando diferencias mínimas a favor y en contra en la comparación de modelos. “Este tiene un baúl con 50 litros más de capacidad”, “acelera de 0 a 100 km/h en un segundo menos”, o “tiene climatizador doble en lugar del de una vía del otro”, son frases escuchadas y lógicas en mayor o menor medida para cada consumidor. Pero estoy convencido que la compra de cualquier bien, y mucho más de un auto, pasa principalmente por la pasión.
Es entendible analizar y comparar productos; esto habla de una madurez como consumidores, pero finalmente, el corazón casi siempre prevalece sobre la cabeza.
Aunque en el Mercosur aun tenemos muchos modelos regionales que siguen sufriendo déficits en diseño, equipamiento o tecnología, cada vez estamos más globalizados, y los modelos del mundo llegan más rápido. Renault Fluence, Peugeot 408 (y 308 próximamente) y Ford Focus, son alguno ejemplos de modelos fabricados en Argentina y vigentes en buena parte del mundo.
Seguimos siendo Brasil dependientes y es algo razonable (aunque no deseable).
A nivel industrial, la mayor parte de nuestras exportaciones automotrices van a parar al imparable Brasil. Deberemos estar atento a la probable devaluación del Real, algo previsible para mejorar su competitividad, como ocurre con el euro en el viejo continente. Pero, aseguran, no serán cambios importantes, una muy buena noticia para nuestra salud. Es cierto, una industria fuerte y competitiva no debe basarse en el tipo de cambio como variable central, pero, hoy por hoy, un cambio en el real repercutirá –inevitablemente- en nuestras fábricas.
Vuelve InfoAutos y esperamos estar a la altura de ustedes, lectores. Bienvenidos.
Tu opinión enriquece este artículo: