Para buenos estómagos (mondongos y librillos UY hacen panza en China)

La visita del presidente Luis Lacalle Pou a China echó buena panza para el mercado de carnes uruguayas ya que, entre otras cosas, habilitó la exportación de estómagos bovinos, en concreto de mondongos y librillos, dos productos que generarían un importante impacto económico con incrementos por US$ 40 millones anuales, según detalló el Instituto Nacional de Carnes.

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Algunos dicen que es como masticar toallas y otros, en cambio, señalan que es una exquisitez para chuparse los dedos. El mondongo, así como otros estómagos de la vaca –como el librillo o el cuajo, como comúnmente se los llama–, son alimentos que se aman u odian. En China, al parecer, estas partes son bien apreciadas, rumiándose así la posibilidad de su exportación.

En concreto, según detalló el Instituto Nacional de Carnes (INAC), la visita del presidente Luis Lacalle Pou al gigante asiático generó varias oportunidades que mejoran el acceso de la carne uruguaya a China, como por ejemplo la reducción de la permanencia de los animales –tanto bovinos como ovinos– en el último establecimiento previo a la faena, que pasó de 90 a 46 días, y la habilitación de la exportación de estómagos bovinos.

“En 2022 –dice el informe de INAC–, Uruguay produjo en el entorno de 10 mil toneladas de mondongo bovino. De ese volumen, alrededor del 90% se exporta, y 10% se comercializa en el mercado interno. El volumen producido se ha mantenido en el entorno de las 9,5 mil toneladas producidas desde 2018”.

El punto es que, respecto a los precios, hay una tendencia a la baja en el valor por tonelada recibido en los mercados externos. De hecho, mientras que el valor promedio de la tonelada exportada en 2018 era de US$ 3.023, en lo que va de 2023 fue de US$ 1.323. Por otro lado, los precios recibidos en el mercado interno se han mantenido en el entorno de los US$ 3.200 por tonelada entre 2018 y 2021. Desde entonces, el precio ha bajado hasta el eje de los US$ 2.500en 2023.

Según INAC, los precios recibidos por Uruguay en el exterior son inferiores a los que se ofrecen en China, donde el valor por tonelada de exportación de mondongo de Estados Unidos a China es de US$ 4.000 en 2023. “Cabe mencionar que Estados Unidos y Nueva Zelanda –remarca INAC– eran los únicos países exportadores habilitados para enviar este producto a China hasta ahora”.

En cuanto al librillo, el volumen de producción es alrededor de cuatro veces menor al de mondongos, y su colocación también está concentrada en el mercado externo. “Entre 2018 y 2023, el nivel de producción ha oscilado en el entorno de las 2,5 mil toneladas anuales, con un máximo de 3,3 y un mínimo de 2,4. Desde 2019 prácticamente el 100% de la producción de destina a la exportación”, dice el trabajo de INAC.

Del mismo modo que sucede con el mondongo, los precios recibidos por el librillo uruguayo en el exterior son inferiores a los que se ofrecen en China. Según el informe “el valor por tonelada de exportación de librillo de Estados Unidos a China es de US$ 9.300 en 2023. En el mismo año, Uruguay exportó por un promedio de US$ 2.967 por tonelada”.

Al igual que con el mondongo, Estados Unidos y Nueva Zelanda eran los únicos países exportadores habilitados para enviar este producto a China hasta ahora.

Una inyección en la panza

Según INAC, la habilitación del ingreso de estos dos productos a China supondría un incremento en las exportaciones en el entorno de los US$ 40 millones anules. Para estimar esta suba que obtendría la cadena cárnica el INAC considera los siguientes supuestos: por un lado Uruguay obtendría el mismo precio recibido por Estados Unidos en China; por otro, como referencia, se utilizan los precios promedios de Uruguay entre enero y setiembre de 2023; y por último, Uruguay redireccionaría el 100% del volumen exportado total a China, tanto de mondongos como de librillos, así que para estimar este volumen se considera el promedio anual exportado de cada producto entre 2018 y 2022.

En base a esto, Uruguay triplicaría el ingreso por las exportaciones de mondongos y librillos, por lo que esa toalla para algunos y el manjar para otros, tendría un destino que llenaría la panza de millones.

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