¿Cómo comenzó tu carrera de influencer?¿Sabías desde chica que querías dedicarte a esto?¿Hace cuánto llevas adelante esta actividad?
Siempre me gustó crear contenido y siempre me gustaron las redes sociales. Cuando era adolescente era una gran fan del Fotolog. Me juntaba con amigas, nos sacabamos 500 fotos con una cámara y las subíamos. Hacíamos lo mismo con Facebook (jaja). Luego a los años llegó Instagram y en esa época yo trabajaba como modelo. Comencé a compartir mis trabajos, tuvieron buena repercusión y empezó a aparecer gente nueva que no conocía. Nunca pensé en dedicarme a ser influencer porque cuando era chica ni siquiera existían los influencers. De hecho hoy tampoco me dedico a esto. Un influencer es una persona que trabaja y vive de sus redes, y que tiene algo para contar. Yo alimento mis redes y claro que aprovecho todas las oportunidades que me ofrecen, pero no son mi foco, no dedico mi día a día a ellas. No planifico mi contenido, comparto mi vida y las cosas que me gustan y me encanta hacerlo!
¿Qué te motivó a irte a vivir a España?
Siempre quise probar cómo sería vivir afuera. ¡Desde que empecé la universidad! Mis padres me apoyaron siempre y cuando terminara mis estudios previamente. Tenían miedo de que me fuera, no quisiera volver y dejara la carrera por la mitad. En su momento me indignaba, ahora lo entiendo porque me fui “a probar” y ya llevo 3 años en España. En su momento no sabía bien por qué me quería ir; hoy creo que inconscientemente buscaba ser más libre y crecer.
¿Cómo ha sido la experiencia?
Decidir irte de casa y estar lejos de tu familia y amigos siempre es difícil, sobre todo al comienzo. Adaptarse a las nuevas dinámicas, a un nuevo lugar, a los cambios de vida, de rutina, acostumbrarse a extrañar. Por otro lado, todo esto te hace madurar y crecer de repente. Desde mi punto de vista es una experiencia única y súper recomendable.
¿Sentís que podés desarrollarte mejor?
Mm.. ¡no lo sé! Estoy muy feliz con mi vida en Barcelona. Al principio me costó bastante adaptarme y encontrarme, sobretodo pasar a percibirme como “local”; sentirme en casa. ¡Pero actualmente estoy muy contenta aquí!
¿Qué diferencias notas con respecto a UY?
¡Diferencias muchas! No creo que ninguno sea mejor o peor que el otro, son vidas muy diferentes. En España pasan cosas constantemente, hay muchas oportunidades. ¡No hay techo! Además, todo está cerca. Por el mismo dinero que cuesta ir a Buenos Aires desde Montevideo, uno puede tomarse un tren y conocer diferentes lugares, ciudades, lagos, montañas. ¡Es increíble! Por otro lado, lo que se siente en Uruguay no se siente en ningún lado. Casa es casa. En Uruguay todo va más despacio y cuando uno está fuera, se da cuenta de que eso es bonito. Uruguay es aire puro, es naturaleza, es tranquilidad. De más está decir que Uruguay tiene los mejores atardeceres del mundo (jeje).
¿Te sentís cómoda?
Me encanta España y me siento súper cómoda. Creo que el hecho de que se hable español y de que haya tantos uruguayos y argentinos, me hace sentir como en casa. Lo único que no me gusta es que muchas de estas personas están de paso o con fecha límite y al cabo de un tiempo se van y despedirse de amigos que se vuelven familia es triste. Por suerte, me hice un grupo de amigas locales que no se van a ir a ningún lado y eso me gusta mucho jaja.
¿Cómo ha sido el desarrollo de tu marca Molt?
Vivir en Europa me inspiró mucho en la creación de Molt. Cuando me recibí de Diseñadora de Moda, estaba muy “enojada” con la industria de la moda y me parecía imposible crear una marca y colaborar en la destrucción de los recursos naturales. Viviendo aquí conocí muchas marcas responsables, con fuertes valores, que fueron producto de gran inspiración. Entendí que existe una industria de la moda más consciente, que preserva y respeta el medio ambiente. No nos vamos a dejar de vestir. Qué mejor que hacerlo sin destruir el mundo en el que vivimos.
¿Cuáles han sido los principales obstáculos con los que te has encontrado?
Crear una marca en Uruguay no es nada fácil y más si se trata de una marca sostenible y amigable con el medio ambiente. Un gran obstáculo fue encontrar la materia prima. En Molt producimos lo más cerca posible al punto de venta para reducir las emisiones y la huella de carbono a la hora de transportar la ropa. En un inicio buscábamos que nuestras telas también fueran de proximidad. Sin embargo, no fue posible ya que ni en Uruguay ni en los alrededores existen proveedores que ofrezcan telas de la calidad que buscamos. Otro gran obstáculo es el alto costo de producir bajo los valores de la sostenibilidad. Producir una prenda de alta calidad en Uruguay, con la tela más responsable del mercado, es caro, y creo que en Uruguay el concepto de responsabilidad en la moda es bastante nuevo. Son pocas las personas que le ven el valor agregado a la prenda y que prefieren gastar un poco más a cambio de un producto de estas cualidades.
¿Qué es lo que más te gusta del mundo de la moda?
La moda es un medio de expresión y eso me fascina. Lo que uno decide ponerse, dice mucho de uno. La ropa comunica. Es un mundo donde la creatividad no tiene límites y eso me encanta. Además, me fascina estudiar el comportamiento humano alrededor de la moda. La sociología. Ver cómo un producto o una marca se pone de moda y mueve el mundo entero, me parece increíble.
¿Qué es lo que menos te gusta de la moda?
Sin dudas lo que menos me gusta es el sistema contemporáneo de consumo desmedido dentro de la industria de la moda. El sistema que en un principio buscaba la democratización de la moda perdió su foco al encontrarse con una sociedad capitalista que promueve el consumo exacerbado. Tenemos muy normalizado poder comprar ropa por precios insólitos, pero no pensamos en todo lo que hay detrás, en la cantidad de recursos que explotamos, en la contaminación que lleva producir, ni en la explotación de las personas involucradas en el proceso, aquellas que están al inicio de la cadena de producción.
¿Que hace a Molt diferente de las otras marcas?
Creo que la principal diferencia es que Molt busca minimizar el impacto social y ambiental desde sus inicios. Muchas marcas tienen sus colecciones y luego una línea “eco” más pequeña. Algunas ni siquiera la tienen. Molt no produce nada sin pensar antes qué impacto tendrá. El diseño de una prenda atemporal, la cantidad producida para evitar sobrestock, la proximidad, la confección ética, las telas, la bolsa en la que va la prenda, las etiquetas, todo está pensado para generar la menor huella posible.
¿Hacia dónde se dirige la marca?
El gran desafío de Molt es expandir sus líneas de producto sin olvidar sus valores. Este verano lanzaremos una nueva línea de productos de punto confeccionada en Brasil. Sabemos que el camino de la sostenibilidad es muy complicado, pero nos parece que vale la pena el esfuerzo. Seguiremos trabajando en expandirnos pero sin perder el foco, y siempre siendo la mejor versión de nosotros mismos.