Argentina y Chile, donde su precio oscila entre US$ 90 y US$ 100.
En Brasil, cuesta unos US$ 185. Adquirida por Amazon en Estados Unidos y traída por alguna empresa de courier (con la franquicia aduanera), su precio puesto puede bajar a US$ 150. También hay quienes la ofrecen por US$ 83 en plataformas de comercio electrónico. Y por supuesto que hay miles de balones “extraoficiales” que se pueden conseguir localmente. De hecho, el jueves pasado, en el Centro de Residuos Triex se produjo la destrucción de 7.000 Brazucas falsas (3.000 fueron donadas), equivalentes nada menos que a US$ 1 millón, según estimó la abogada Virginia Cervieri, socia del estudio Cervieri, Monsuárez & Asociados, especializado en marcas y mercadería apócrifa. Cervieri también indicó que estas pelotas se vendían en negocios formales, y que este tipo de operativos e investigaciones se vienen realizando en todo Latinoamérica, ya que el Mundial incrementa de manera importante la venta de productos falsos como camisetas, calzado, gorros, entre otros.
Si bien Adidas no ha divulgado la expectativa de ventas globales, estiman un incremento del 10% por sobre las de Jabulani, la pelota de Sudáfrica 2010, de la que se vendieron unos 3 millones.