Hoy el nuevo local inspirado en la cultura uruguaya ofrece cuatro tipos de cafés arábica, pero nosotros vamos a poner énfasis en dos que nos resultaron muy diferentes entre sí: el café Sumatra, representando a la zona de Asia Pacífico, y el Colombia, compuesto de granos de Latinoamérica.
El café Sumatra se caracterizó por tener un sabor fuerte pero no amargo. El primer paso a la hora de probar este café no fue ingerirlo, sino que debimos hacer una carpita encima del vaso e inhalar el aroma que salía del café. En esa experiencia notamos un olor ahumado, similar al de la tierra mojada.
Luego de haber sentido el olor, nos dimos cuenta de que el momento de ingerirlo también tenía su ciencia. El café elaborado en la prensa francesa toma altas temperaturas, por lo que debimos sorber el café haciendo bastante ruido, para que el oxígeno ingresara a nuestras papilas gustativas y evitara que nos quemáramos la boca. Pero el proceso no terminó allí. Cada café podía combinarse con un alimento y a este aconsejaron acompañarlo con pan o scones de queso.
A diferencia del Sumatra, el café Colombia tenía un aroma mucho más dulce, con semejanzas al olor del chocolate. Si bien el primero fue acompañado de un alimento salado, el café Colombia lo fue con alimentos dulces como brownies de chocolate o budines marmolados. La mezcla del alimento y el café generó un tercer sabor en nuestras bocas que hizo innecesario el uso de azúcar o edulcorante.