InfoNegocios habló con José Luis Maya, un productor que integra la comisión organizadora de la última movilización del pasado 2 de julio en el Palacio Legislativo. El apicultor contó que en este momento la apicultura no es rentable en Uruguay dado el modelo productivo que se basa en la plantación de soja y la utilización de agrotóxicos para fumigar, principalmente el glifosato.
Existe un desfasaje notorio entre los costos de producción que rondan los US$ 1,80 y US$ 2 por kg de miel y lo que se paga que ronda US$ 1,30. “Para que quede claro nos estamos fundiendo trabajando”, alertó Maya.
Maya sostiene que a partir del año 2016 se comenzó con el problema de la aparición del glifosato en la miel. Si se compara con la producción de 12 años atrás, se obtenía de forma anual un total de 50 a 60 kg de miel por colmena. Hoy no se generan más de 20 kgs.
El mantenimiento de una colmena es de aproximadamente US$ 40 por año.
La baja producción de las colmenas, sumado al incremento exponencial de la mortandad de estas (se pasó de un 3 % a un 30 %) y la ausencia de néctar y polen que conlleva a la implementación de un sustituto por parte de los productores para que las colmenas sobrevivan el invierno, derivó en la disminución de apicultores. En el año 2000 eran 4.500 y en el año 2019 son 2.800.
Hasta el momento en que se comenzó a notar el efecto del glifosato y demás agrotóxicos en los recursos naturales que permiten a las colmenas subsistir, estas se cerraban en marzo/abril para recién volver a abrirlas en el comienzo de la primavera. Sin embargo, sin la mano de los apicultores que provean sustitutos de alimentos, las colmenas se mueren.
En vista de los efectos de las sustancias utilizadas en las plantaciones de soja, es que se solicitó, por parte de la agrupación de apicultores que llegaron hasta el Palacio Legislativo, la prohibición de los agrotóxicos que se utilizan para fumigar que poseen principalmente el glifosato.