La empresa Alcoholes del Uruguay, más conocida como ALUR, perteneciente en su mayoría al Grupo Ancap, se dedica desde el año 2006 a la producción de biocombustibles, entre ellos biodiesel de origen vegetal o animal y aceites. Históricamente, la empresa produjo biodiesel para abastecer la mezcla con gasoil que estaba definida por un mandato a nivel nacional y obligaba a Ancap a mezclar un 5% de biodiesel en todo el volumen de gasoil producido y distribuido en el país. Sin embargo, a partir del 1 de enero del 2022 ese mandato se eliminó, la mezcla pasó de ser obligatoria a ser voluntaria y ANCAP decidió reducirla al 0% de mezcla.
En dicho escenario, ALUR decidió diversificar su negocio produciendo con distintas materias primas para incorporarse al mercado de exportación y, hasta ahora, logró comercializar combustible a Perú, Centroamérica y Europa, mayoritariamente hecho a partir de aceite de canola. Hace pocos días, la empresa recibió una habilitación que venía buscando desde principio de año: la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), ha validado que la Planta de Biodiesel de ALUR Capurro cumple con los requisitos del Estándar RFSII para la producción de combustibles renovables. Este hito habilita que ALUR sea proveedor de biodiesel de canola y soja para el mercado americano y es el estándar de energías renovables que determina las reglas de elaboración, transporte, consumo y todo para Estados Unidos.
InfoNegocios conversó con Ignacio Pérez, Gerente de Operaciones de Planta Capurro, quien comentó que apuntan a exportar entre tres y cuatro lotes de 4000 toneladas cada uno, por año. La facturación depende de distintas variables, como el precio del mercado y la estacionalidad. Actualmente la tonelada de Biodiésel tiene un costo de entre US$ 980 y US$ 1000, y esperan que en los próximos tres o cuatro meses alcance su punto ideal.
Sobre la nueva habilitación comentó: “Es una oportunidad más. Estamos analizando la posibilidad de incorporar grano en el esquema, moler y hacer una primera venta para el mercado norteamericano. También estudiamos traer aceite ya en categoría EPA desde Argentina u otro lugar de la región, y nosotros proveer el servicio de transformación en biodiesel. Esto nos abre la oportunidad para sumar uno o dos lotes más al año y quizás un trabajar a contraestación de la canola porque, si determinamos que el volumen de canola es para el mercado europeo, podemos trabajar con soja en el resto del año. Habrá que analizarlo”.